Astrónomos del telescopio solar Daniel K. Inouye (DKIST) en Maui, Hawaii, acaban de presentar impresionantes imágenes del Sol, las de mayor resolución tomadas hasta la fecha. Estas capturas revelan una superficie dividida por celdas, similar a las piezas que se forman en un desierto de tierra seca. Cada celda de plasma que se ve en la imagen tiene el tamaño aproximado del estado de Texas en EE.UU. (700 mil kilómetros).
Aún en una etapa de construcción, el DKIST, del National Science Foundation (NSF, por sus sigla en inglés), alberga el telescopio solar más grande del mundo y está ubicado en la cima del volcán Haleakala, ubicado en la isla de Maui. “Ahora podemos ver los pequeños detalles del objeto más grande de nuestro sistema solar”, dijo Thomas Rimmele, director del observatorio solar sobre la imagen, capturada el 10 de diciembre, cuando los astrónomos pusieron a prueba los equipos ópticos.
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Comparado con otros observatorios, el DKIST puede obtener imágenes con una resolución cinco veces mayor que otros telescopios, con capturas que pueden registrar un área pequeña de la superficie del Sol de unos 30 kilómetros. De esta forma, los investigadores esperan contar con mejores recursos de medición, monitoreo y exploración de la estrella, luego de esta promisoria primera captura.
La directora de la NSF, France Córdova, explicó que las imágenes que capte el nuevo telescopio permitirán comprender mejor los campos magnéticos del astro y la meteorología espacial ligada a estos.
Los campos magnéticos solares pueden afectar las comunicaciones satelitales, inutilizar redes eléctricas y provocar apagones en tecnologías como el GPS, tal y como ocurrió en 2017.
Actualmente, las autoridades apenas pueden predecir estos episodios meteorológico espaciales, pero la calidad y detalle de captura de los 4 metros de equipo óptico del nuevo aparato de la NSF dan esperanza a que el estudio de los campos magnéticos avance a pasos agigantados a partir de ahora.
El telescopio solar Inouye combina un lente de 4 metros, el más grande del mundo para un telescopio solar, y las condiciones de visibilidad incomparables de la cumbre del volcán Haleakala, de 3.000 metros de altura y situado en la isla hawaiana de Maui.
“Este telescopio mejorará nuestro conocimiento sobre qué rige la meteorología espacial y por consiguiente ayudará a predecir mejor las tormentas solares”, explicó Córdova en un comunicado.
Desde la NSF explican que descifrar el misterio que suponen los campos magnéticos solares permitiría predecir con hasta 48 horas de antelación las consecuencias derivadas de estos, en contraste con los 48 minutos actuales, un tiempo que ayudaría a asegurar las redes eléctricas y otras infraestructuras, así como poner los satélites en “modo seguro”.
Las fotografía publicadas esta jornada son el primer paso en esa dirección, pues muestran la superficie solar con un detalle sin precedentes. En ellas se puede apreciar un patrón de plasma “hirviendo”, un fenómeno que es resultado del plasma caliente que emana del centro del astro y sale al exterior, donde se enfría para luego volver al interior de la estrella.
“Solo el principio”
Para David Boboltz, director de la división de ciencia astronómicas del NSF, estas imágenes “son solo el principio”.
Boboltz confía en que “el telescopio solar Inouye recolectará más información sobre nuestro sol durante los primeros cinco años de su vida que todos los datos solares recabados desde que Galileo apuntó por primera vez un telescopio al Sol en 1612”.
EFE/La Nación
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