El aterrizaje en Marte de la misión ExoMars estaba previsto para marzo de 2021, pero sufrió retrasos por la pandemia. (Foto: ESA/ATG)
El aterrizaje en Marte de la misión ExoMars estaba previsto para marzo de 2021, pero sufrió retrasos por la pandemia. (Foto: ESA/ATG)
Redacción EC

Las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania hacen “muy poco probable” un lanzamiento en 2022 del rover Rosalind Franklin de la ESA a Marte dentro del programa conjunto Exomars con Roscosmos.

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Así lo afirma una declaración de la ESA sobre la cooperación con Rusia tras una reunión con los Estados miembros este 28 de febrero.

ExoMars 2022 incluye junto al rover europeo la plataforma de superficie de Roscosmos Kazachok. Su lanzamiento estaba previsto para julio de 2020, pero la pandemia del COVID 19 obligó a retrasar la misión conjunta a setiembre de este año, con la llegada al Planeta Rojo prevista para junio de 2023. La misión tiene como objetivo fundamental buscar evidencia de vida en Marte, tanto pasada como presente.

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“Deploramos las bajas humanas y las trágicas consecuencias de la guerra en Ucrania. Estamos dando absoluta prioridad a la toma de decisiones adecuadas, no solo por el bien de nuestra fuerza laboral involucrada en los programas, sino en el pleno respeto de nuestros valores europeos, que siempre han dado forma fundamental a nuestro enfoque de la cooperación internacional”, explica la ESA en su declaración.

La ESA recuerda que es una organización intergubernamental gobernada por sus 22 Estados miembros y que ha construido una sólida red de cooperación internacional en las últimas décadas, “que sirve a la comunidad espacial europea y mundial a través de sus exitosos programas”.

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Esta misión incluye al rover de la ESA Rosalind Franklin y la plataforma de superficie de Roscosmos Kazachok. (Foto: ESA)
Esta misión incluye al rover de la ESA Rosalind Franklin y la plataforma de superficie de Roscosmos Kazachok. (Foto: ESA)

“Estamos aplicando plenamente las sanciones impuestas a Rusia por nuestros Estados miembros. Estamos evaluando las consecuencias de cada uno de nuestros programas en curso llevados a cabo en cooperación con la agencia espacial estatal rusa Roscosmos y alineamos nuestras decisiones con las decisiones de nuestros Estados miembros en estrecha coordinación con socios industriales e internacionales (en particular con la NASA en la Estación Espacial Internacional )”, explica la declaración.

Con respecto a la campaña de lanzamiento de Soyuz desde el puerto espacial europeo en Kourou, la ESA “toma nota” de la decisión de Roscosmos de retirar su personal de esta base en Guayana Francesa. “En consecuencia, evaluaremos para cada carga útil institucional europea bajo nuestra responsabilidad el servicio de lanzamiento adecuado en función de los sistemas de lanzamiento actualmente en funcionamiento y los próximos lanzadores Vega C y Ariane 6″, afirma.

“Con respecto a la continuación del programa ExoMars, las sanciones y el contexto más amplio hacen que un lanzamiento en 2022 sea muy poco probable. El Director General de la ESA analizará todas las opciones y preparará una decisión formal sobre el camino a seguir por parte de los Estados miembros de la ESA”, añade.

El 26 de febrero, el máximo responsable de Roscosmos, Dimitri Rogozin anunció que, en respuesta a las sanciones de la Unión Europea, “Roscosmos detiene la cooperación con los socios europeos para la organización de lanzamientos espaciales desde el cosmódromo de Kourou y retira a su personal técnico, incluyendo el equipo de lanzamiento, de la Guayana Francesa”. Hay 87 ciudadanos rusos en el centro espacial, según Roscosmos, que estarían preparando su salida del país.

Rogozin también aseguró que era imposible seguir colaborando con EE.UU. en el proyecto de enviar una sonda, Venera, al planeta Venus. “La participación de EE.UU. en el proyecto es imposible debido a las sanciones”, dijo en Twitter.

Exomars. (Foto: ESA)
Exomars. (Foto: ESA)

Sobre la Estación Espacial Internacional, en la que Rusia es socio cualificado con un segmento propio en el complejo orbital y tripulantes de forma permanente, Rogozin llegó a preguntarse en otro tuit en alusión a la NASA: “Si bloquean la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la Estación Espacial Internacional (EEI) de una órbita incontrolada y de que caiga en los Estados Unidos o... ¿Europa?”.

Los expertos ven tales amenazas como parte de la retórica política encendida, dada la confianza mutua de las dos partes para la seguridad de su personal. Pero podrían acelerar un divorcio largamente esperado.

La EEI, una cooperación entre Estados Unidos, Canadá, Japón, Europa y Rusia, se divide en dos secciones: el segmento orbital estadounidense y el segmento orbital ruso, cada uno de los cuales fue construido y es gestionado por su país.

En la actualidad, la EEI depende de un sistema de propulsión ruso para mantener su órbita, a unas 250 millas (400 kilómetros) sobre el nivel del mar, mientras que el segmento estadounidense es responsable de la electricidad y los sistemas de soporte vital.

Agencias

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