Miss Baker es un mono ardilla hembra, nacido en Iquitos, que viajó al espacio y se convirtió en uno de los primeros animales lanzados por EE.UU. y que volvió vivo a la Tierra. (Foto: De NASA/Marshall Space Flight Center)
Miss Baker es un mono ardilla hembra, nacido en Iquitos, que viajó al espacio y se convirtió en uno de los primeros animales lanzados por EE.UU. y que volvió vivo a la Tierra. (Foto: De NASA/Marshall Space Flight Center)
Bruno Ortiz Bisso

Aunque las recientes noticias nos informan de una nave china que acaba de llegar al lado oscuro de la Luna y de una sonda de Estados Unidos que ha enviado imágenes del objeto más distante del sistema solar, sigue estando en los planes el llevar humanos al

Ya llevamos varios años investigando si realmente es viable enviar humanos a Marte y a la par se evalúa la posibilidad de instalar una base permanente en nuestro satélite natural. 

También tenemos a seres humanos viviendo a 400 km dentro de la Estación Espacial Internacional, dando una vuelta a la Tierra cada 90 minutos, a una velocidad de 7,6 km/s. Nada de esto habría sido posible sin las décadas previas de investigación en las que jugaron un papel muy importante animales y otros seres vivos.

—Moscas y monos—
¿Por qué era necesario utilizar animales en las etapas iniciales de la exploración espacial? Por la necesidad de conocer qué tan peligrosas serían las condiciones para un ser vivo. Había varias interrogantes por resolver: ¿Cómo afectaría la altura al organismo? ¿La radiación? ¿La microgravedad? ¿Qué tan seguro sería viajar al ?

Los primeros seres vivos se usaron en un lanzamiento en 1947, para analizar los efectos de la radiación a gran altura desde el punto de vista genético. Estados Unidos lanzó en un cohete unas semillas de maíz y unas moscas de la fruta. Este insecto comparte con el hombre 75% de todos los genes que causan enfermedades. Tras alcanzar los 109 metros de altura, las moscas retornaron con vida.

Poco después, el mono Alberto II se convirtió en el primer mamífero en ser lanzado hasta una altura de 134 kilómetros, aunque murió en el descenso por una falla en su paracaídas. Un poco antes Alberto I había muerto durante el lanzamiento de su vehículo.

—La primera pareja—
Eran los primeros años de la Guerra Fría y la entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética empezaba a hacerse más dura. 

Mientras los estadounidenses lograron el primer lanzamiento de un mamífero hasta el borde de la atmósfera, a los rusos se les recuerda por conseguir que, por primera vez, un ser vivo pudiera orbitar la Tierra: la perra Laika. Lamentablemente, no pudo culminar la misión y murió durante el vuelo.

Sin embargo, en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú se recuerda con estatuas a Belka y Strelka, dos perros que el 19 de agosto de 1960 despegaron a bordo del Sputnik 5 y pasaron un día completo en el , orbitando la Tierra. ¿Qué las diferencia de Laika? Que retornaron con vida. AQUÍ PUEDES VER DE LO QUE TIENE ESE MUSEO.

Dos estatuas de tamaño natural de Belka y Strelka se encuentran en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú. Sin embargo, no se encuentra rastro de Laika. (Foto: Bruno Ortiz B.)
Dos estatuas de tamaño natural de Belka y Strelka se encuentran en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú. Sin embargo, no se encuentra rastro de Laika. (Foto: Bruno Ortiz B.)

—La meta es Marte—
¿Pero si en 1969 el hombre puso un pie en la Luna, por qué se ha seguido haciendo experimentos con otros seres vivos? Porque no solo hace falta saber cómo va a reaccionar el cuerpo humano en el , sino también otros organismos, como las plantas. 

Las nuevas investigaciones hechas sobre fisiología, morfología, genética y biología molecular de varias especies ayudan a preparar futuras misiones de larga duración, como un viaje hacia Marte. 

De acuerdo con Hipertextual, son solo siete países (EE.UU., la antigua Unión Soviética, Francia, Japón, China, Argentina e Irán) los que han desarrollado misiones en las que se han enviado animales al .

-LA CIFRA-
2013 fue el año en que se lanzó el último mono al . El animal alcanzó, en un cohete iraní, los 120 km de altura.

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