Un cliente come algo en el restaurante The Canteen, uno de los primeros en el Reino Unido en colocar la huella de carbono de sus platos en su menú además de las calorías, en Bristol, el 3 de agosto de 2022. (Foto de Ashley Crowden / AFP)
Un cliente come algo en el restaurante The Canteen, uno de los primeros en el Reino Unido en colocar la huella de carbono de sus platos en su menú además de las calorías, en Bristol, el 3 de agosto de 2022. (Foto de Ashley Crowden / AFP)
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Llevar un estilo de vida saludable incluye una nutrición balanceada, en la que el cuerpo reciba todos los nutrientes necesarios para su buen funcionamiento. Y, en este sentido, prevenir enfermedades como la y las complicaciones derivadas.

Sin embargo, no solo las personas que sufren deben cuidar la alimentación y controlar los niveles de azúcar en la sangre, ya que los expertos están de acuerdo que la prevención es fundamental desde edades tempranas.

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Para empezar hay que dejar claro que en términos generales existen tres grupos de alimentos, también llamados macronutrientes. Estos son los carbohidratos, las proteínas y las grasas. El primer grupo está constituido por los azúcares como la miel, las pastas, los cereales, el pan, así como los granos y las frutas.

Las proteínas, por su parte, incluyen las carnes rojas, carnes blancas como el pescado, embutidos, huevos y quesos. Por último, las grasas se dividen en dos: las de origen vegetal, como aceites, el aguacate, nueces y semillas y las de origen animal, que son las que se encuentran en las carnes, huevos y leche.

Así, cuando los carbohidratos entran a las células del cuerpo se convierten en glucosa o azúcar. Cabe mencionar que todo el grupo de alimentos en general, sin importar si es dulce o salado, una porción de pasta o una manzana, se convierte en glucosa, la cual será usada en forma de energía.

Una anciana se hace un análisis de sangre durante una campaña para realizar controles médicos de hipertensión, colesterol y diabetes en un puesto de servicios integrados en Banda Aceh el 15 de diciembre de 2021. (Foto de CHAIDEER MAHYUDDIN / AFP)
Una anciana se hace un análisis de sangre durante una campaña para realizar controles médicos de hipertensión, colesterol y diabetes en un puesto de servicios integrados en Banda Aceh el 15 de diciembre de 2021. (Foto de CHAIDEER MAHYUDDIN / AFP)
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De hecho, la explicación de lo que ocurre en la diabetes es que el cuerpo no produce suficiente insulina-o no la usa de manera óptima- para almacenar el azúcar de los carbohidratos, consecuentemente este no entra a las células y por el contrario se acumula en la sangre.

“Esto no significa que debamos dejar de comer carbohidratos, ya que son la principal fuente de energía, sino que podemos moderar su efecto sobre los niveles de azúcar, cambiando la cantidad y proporción de cada grupo de alimentos que consumimos en la dieta (...) a pesar de que los carbohidratos son alimentos que elevan el azúcar más que las proteínas y las grasas, el cuerpo humano los necesita para producir energía”, afirma el portal especializado ‘DiabetCentro’.

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Por otro lado, tanto las grasas como las proteínas pueden prescindir de la insulina para ingresar a las células del cuerpo y son esenciales por sus extendidas funciones en el organismo, pues no afectarán los niveles de azúcar como los carbohidratos ya que su efecto es menor.

En conclusión, es recomendable incluir todos los grupos de alimentos en la dieta: carbohidratos, proteínas y grasas, en razón a que cada uno cumple funciones específicas que contribuyen para mantener una buena salud.

No obstante, es necesario adecuar las porciones según las necesidades y factores de riesgo de cada uno, por lo que visitar periódicamente a un especialista es una de las principales recomendaciones, más aún si padece alguna enfermedad como diabetes o hipertensión, las cuales son-desafortunadamente- las principales causas de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.

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