(Foto: PLOS One)
(Foto: PLOS One)
Redacción EC

Grabados encontrados en un hueso humano en una cueva en Inglaterra demostrarían que el hombre antiguo se comía a sus pares  y luego realizaba entierros ritualistas con los restos, concluye un reciente estudio.

El hueso del antebrazo parece haber sido desarticulado, cortado, masticado y luego grabado con un diseño en zigzag, antes de ser roto para extraer la médula, señalaron científicos del Museo de Historia Natural de Gran Bretaña, que realizaron este análisis.

El hallazgo, publicado en la revista especializada "PLOS ONE", se suma a estudios previos de huesos encontrados en la cueva de Gough. Se piensa que estos restos son del período magdaleniense, entre 17 y 12 mil años atrás.

Esos estudios confirmaron el comportamiento antropófago y mostraron que algunos restos humanos fueron conservados y modificados, convirtiendo los cráneos en cuencos.

Los cortes en zigzag son sin dudas marcas grabadas, dijeron los científicos, y no tenían un propósito utilitario más allá de ser puramente artísticos o simbólicos.

Silvia Bello, una investigadora del Museo de Historia Natural que trabajó en el estudio con colegas del Colegio Universitario de Londres, dijo que el diseño en el hueso era similar a grabados hallados en otros sitios arqueológicos europeos.

"Sin embargo, lo que es excepcional en este caso es la elección de material -huesos humanos- y el contexto de canibalismo en el que se produjo", comentó. "El grabado era un componente determinado de la práctica de canibalismo, rica en connotaciones simbólicas", añadió.

La cueva de Gough, descubierta en la década de 1880 en Somerset (sur de Inglaterra), fue excavada durante varias décadas hasta 1992. Las investigaciones arqueológicas hallaron huesos humanos profundamente procesados mezclados con restos de grandes mamíferos y una serie de artefactos de piedra, hueso, cuerno y marfil. 

Fuente: Reuters

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