Los trabajadores se aseguran de que los gases utilizados en los aparatos viejos se eliminen de forma segura. (BBC)
Los trabajadores se aseguran de que los gases utilizados en los aparatos viejos se eliminen de forma segura. (BBC)
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En todo el mundo, hay equipos de personas que están trabajando para encontrar y destruir fuentes ocultas de gases de efecto invernadero, evitando así que dañen el planeta.

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Algunos de los gases que se utilizan en equipos de refrigeración tienen un gran potencial de ser más perjudiciales para el calentamiento global que el dióxido de carbono.

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En las afueras de la ciudad de Guatemala, Ángel Toledo dirige una empresa de reciclaje de residuos que se ocupa de metal, plástico y vidrio.

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Durante los últimos tres años, también comenzó a tratar con gases refrigerantes, que contribuyen al cambio climático.

Toledo extrae los gases de los electrodomésticos, como neveras, utilizando máquinas de recuperación de refrigerantes.

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Luego los transfiere a un tanque enorme que cuando está lleno es transportado a otro sitio para ser destruido.

Se trata de una medida tangible con la que Toledo ayuda a colaborar en la lucha contra el calentamiento global.

“Me siento realizado”, dice.

“He tenido esta planta por 16 años en la que trataba con plástico, vidrio y otros desechos, pero he estado trabajando con refrigerantes durante los últimos tres años”, detalla al programa “39 Ways to Save the Planet” (39 maneras de salvar al planeta) de BBC Radio 4.

“Siento que es un sueño ayudar al ambiente evitando que estos gases lleguen a la atmósfera. Es un éxtasis poder ayudar al planeta a través de este trabajo. Es muy importante para mí”, añade.

“Los cazafantasmas”

Pero no todo el mundo se deshace de los contenedores de refrigerante o de las neveras de la forma correcta.

“Desafortunadamente, ves mucho de eso. Uno de los mayores desafíos que enfrentamos es tener que cambiar esa costumbre. Ves muchos de los cilindros en la calle”, explica Toledo.

La gente “libera los gases cuando están maniobrando el equipo o los cilindros y estos van a la atmósfera”, describe.

Ángel Toledo busca y recolecta gases en Guatemala que pueden perjudicar la atmósfera. (BBC)
Ángel Toledo busca y recolecta gases en Guatemala que pueden perjudicar la atmósfera. (BBC)

Ángel es parte de un grupo de personas que trabaja para evitar que estos gases causen daños al planeta.

Los equipos de Tradewater, una empresa financiada con fondos que luchan en contra del cambio climático, están trabajando en todo el mundo negociando con gobiernos, empresas privadas e individuos para encontrar formas de hallar, proteger y destruir los gases de forma segura.

A estos equipos se los conocen en broma como “los cazafantasmas”, debido a la forma en que sus homólogos cinematográficos atrapaban fantasmas problemáticos y los almacenaban juntos en grandes “unidades de contención”.

Entonces ellos rastrean, atrapan y destruyen tenazmente gases rebeldes antes de que puedan escapar y causar estragos climáticos.

A veces también se los conoce como “cazadores de frío”.

Gases peligrosos

Casi todos los refrigeradores y unidades de aire acondicionado utilizan un gas para transferir el frío o el calor dentro de la unidad.

Este gas es un gran aislante, muy útil en un refrigerador pero no para la atmósfera.

Un trabajador de la empresa de Ángel Toledo extrae gases refrigerantes de un antiguo electrodoméstico. (BBC)
Un trabajador de la empresa de Ángel Toledo extrae gases refrigerantes de un antiguo electrodoméstico. (BBC)

Durante el último siglo, los gases más utilizados fueron los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC).

Pero cuando se descubrió que estaban causando un agujero en la capa de ozono en la década de 1980, fueron prohibidos por el Protocolo de Montreal.

Algunos de ellos también eran potentes gases de efecto invernadero: uno, llamado R12 (un CFC) tenía un potencial de aumentar el calentamiento global casi 10.000 veces mayor que el del CO2.

Un solo bote de 30 libras de este gas contenía el equivalente a 131 toneladas de CO2 en términos de su potencial de calentamiento global. Este es el equivalente a un auto promedio de Reino Unido que recorre poco más de un millón de kilómetros.

Se incorporaron hidrofluorocarbonos (HFC) como sustitutos y ayudaron a salvar la capa de ozono.

Pero algunos de los primeros HFC eran, como los gases dañinos para la capa de ozono prohibidos por el Protocolo de Montreal, potentes gases de efecto invernadero.

Los gases de refrigeración legales actuales son mejores, pero aún tienen un potencial de causar calentamiento global muchas veces mayor que el dióxido de carbono.

Los científicos estiman que al eliminar los HFC, el calentamiento global podría reducirse en alrededor de medio grado Celsius.

Dónde buscar

Tradewater busca tanques de gas, refrigeradores intactos o enfriadores industriales que a menudo se guardan en almacenes viejos y sitios de eliminación de desechos.

A veces, sin embargo, el equipo llega demasiado tarde y solo encuentra tanques perforados, tuberías corroídas y gases que fueron liberados hace mucho tiempo.

Estos gases están por todas partes, en equipos de refrigeración que están en uso o en desuso, pero también en enormes arsenales de material sin usar que se compraron y nunca se usaron, o confiscaron cuando se importaron ilegalmente a un país hace muchos años”, describe María Gutiérrez, directora de programas internacionales de Tradewater.

Los tanques de gas, refrigeradores intactos o enfriadores industriales a menudo se guardan en almacenes viejos y sitios de eliminación de desechos.
Los tanques de gas, refrigeradores intactos o enfriadores industriales a menudo se guardan en almacenes viejos y sitios de eliminación de desechos.

Estos productos químicos están en un área legal gris, por lo que a menudo están ocultos ya que los propietarios esperan venderlos en el futuro.

A veces, el valor de chatarra de la lata puede llevar a que el gas se libere y el metal se venda.

Tradewater dice que sus recuperaciones globales de gas ya evitaron que el equivalente a entre 4 y 5 millones de toneladas de CO2 llegue a la atmósfera, pero el trabajo continúa.

“Solo estamos rascando la superficie. Hay mucho más por ahí”, asegura Gutiérrez.

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