El cohete lunar no tripulado Artemis I despega de la plataforma de lanzamiento 39B en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral, Florida,. (Foto de Gregg Newton / AFP)
El cohete lunar no tripulado Artemis I despega de la plataforma de lanzamiento 39B en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral, Florida,. (Foto de Gregg Newton / AFP)
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Agencia EFE

Artemis I es una misión experimental, sin tripulación, que tiene entre sus objetivos testar si la cápsula Orión es capaz de llevar astronautas de manera segura a la Luna y traerlos de vuelta. Su lanzamiento desde Cabo Cañaveral ha sido “increíble, somos optimistas, los humanos volverán a pisar la superficie lunar”.

La última vez que lo hicieron fue hace casi 50 años: “fuimos por un período corto de tiempo (...), pero ahora volveremos, no solo por ir, sino para aprender, para instalarnos y saber cómo vivir en la Luna”, señaló en rueda de prensa el administrador de la , Bill Nelson.

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Y es que el objetivo general del programa Artemis es establecer una base en la Luna como paso previo para llegar en un futuro a Marte. Para ello, después de Artemis I (que transporta maniquíes), la lanzará en 2024 a la órbita lunar Artemis II, con tripulación, y se espera para 2025 el despegue de Artemis III, misión en la que los astronautas, entre ellos una mujer, tocarían el suelo del satélite.

“Qué espectáculo tan increíble ver el cohete SLS de la NASA y la nave espacial Orión despegar juntos por primera vez (...). Esta prueba de vuelo nos ayudará a prepararnos para la exploración humana en la Luna y, en última instancia, en Marte”, afirmó Nelson.

Para Mike Bolger, responsable del programa de sistemas terrestres de exploración, “hoy es un día increíble, el lanzamiento de Artemis I ha sido increíble. De pequeño soñé con trabajar en la NASA, podemos soñar con ello”.

“Quería formar parte de aquello que puede cambiar el mundo y hoy lo hemos hecho”, indicó en la rueda de prensa, en la que la NASA mostró una imagen de la Tierra “vista” por Artemis.

Pero esta primera misión del programa no solo quiere testar la nave Orión, de la que la Agencia Espacial Europea (ESA) -con participación española- ha diseñado, desarrollado y construido el módulo de servicio que proporciona propulsión, energía, agua, oxígeno y nitrógeno, además de mantener la cápsula a la temperatura adecuada.

También es una prueba definitiva para el nuevo cohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés). Todos los participantes en la conferencia de prensa coincidieron en destacar, pese a los fallos detectados, que se trata del cohete más potente.

La NASA tuvo que retrasar cuatro veces la partida de la misión, dos por razones técnicas y otras dos por causas meteorológicas. Y hoy el despegue se retrasó una media hora: durante la preparación del lanzamiento, se detectó una “fuga intermitente” de hidrógeno líquido en la válvula de reabastecimiento en la etapa central del cohete.

“Este es un nuevo sistema y Artemis I es una misión de prueba. Servirá para aprender de los errores; el espacio es realmente duro y difícil si se pretende hacer lo que estamos haciendo”, apuntó Nelson.

Emily Nelson, directora de vuelo del Centro Espacial Johnson (Houston), declaró que hoy es el principio de un emocionante proyecto y explicó que uno de los cometidos de Artemis es estudiar a los equipos, es decir testar las condiciones de máxima seguridad para los astronautas.

Viajan tres maniquíes con sensores de radiación y “el comandante” se llama Campos, en honor del ingeniero de la NASA de origen hispano Arturo Campos que tuvo un papel esencial en la solución de una emergencia que podría haber dado al traste con el Apolo 13, aquella de “Houston hemos tenido un problema”. “No vamos a dormir estos 26 días, pero es emocionante pensar lo que podemos ver y aprender”, recalcó Emily Nelson.

Emoción en las salas

La emoción en la sala de la rueda de prensa es la misma que se vivió en la retransmisión del evento (en inglés y español) y en sala de control.

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A la 1,47 hora local (06.47 GMT) el cohete SLS se abrió paso hacia el espacio en medio de la noche dejando una estela de fuego y humo generada por sus cuatro motores SR25, con la nave espacial Orión acoplada. “Tres, dos, uno. Ignición y despegue de Artemis I. Nos alzamos juntos de vuelta a la Luna y más allá”, señaló sin poder contener la emoción el comentarista.

Tras el despegue, en la sala de control se cumplió con las tradiciones.

La directora de lanzamiento, por primera vez una mujer, Charlie Blackwell-Thompson, se dirigió a todo el equipo del que destacó el duro trabajo: “Os habéis ganado vuestro lugar en la historia (...) Sois parte de algo increíblemente especial, el primer paso del regreso de nuestro país a la Luna y a Marte”.

Esta era la primera vez que Blackwell-Thompson se ponía al mando de un lanzamiento y se realizó con éxito, por ello se cumplió con una segunda tradición, cortar su corbata, de lo que se encargó Mike Leinbach, un antiguo director de lanzamientos durante la era del Space Shuttle.

La retransmisión de Artemis I, también con dos peluches a bordo -Snoopy y la oveja Shaun-, contó con música (filarmónica de Filadelfia) y una conexión en directo con la Estación Espacial Internacional, desde la que las astronautas Jessica Watkins (NASA) y Samantha Cristoforetti (ESA) compartieron sus experimentos.





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