(Foto: ESA)
(Foto: ESA)
Redacción EC

Actualmente hay cerca de un millón de fragmentos de chatarra espacial pululando en la órbita terrestre, los cuales podrían impactar con algún satélite o incluso con la (EEI), causando costosas pérdidas. Pero un rayo láser disparado desde la Tierra al espacio podría ser la solución a este problema.

Los países gastan miles de dólares tratando de evitar que sus satélites choquen con la basura espacial, y para ello utilizan modelos que se encargan de predecir el comportamiento de dichos objetos, sin embargo, estos no son perfectos.

La clave para acabar con este problema podría estar en un remoto edificio circular situado a más de 2.400 kilómetros de altura en la Isla de Tenerife (España), que pertenece a la Estación Óptica Terrestre de Teide, una instalación de la Agencia Espacial Europea (ESA). En dicho recinto se planea instalar un nuevo telescopio láser cuyo objetivo será el seguimiento de fragmentos de basura espacial. Y en el futuro podría funcionar como un cañón para eliminar los pedazos de basura espacial más amenazadores.

La idea es “usar este tipo de instalaciones para desviar objetos hacia la atmósfera de la Tierra y que se desintegren por el rozamiento”, explica a El País Rafael Rebolo, director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que alberga la instalación de la ESA dentro del complejo de telescopios del Observatorio del Teide.

Se trata de un telescopio experimental que intentará probar que “el láser puede comunicar un momento lineal a una pieza de basura de un tamaño relativamente pequeño, de menos de 10 centímetros, para desplazarla y conseguir su pulverización en la atmósfera”, según detalla Rebolo.

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