La prueba de Hormona Antimulleriana (AMH) revela la cantidad de óvulos que tiene una paciente. (Shutterstock)
La prueba de Hormona Antimulleriana (AMH) revela la cantidad de óvulos que tiene una paciente. (Shutterstock)
/ Wavebreakmedia
Redacción EC

La fertilidad tiene fecha de caducidad. En las mujeres, esto es mucho más evidente pues su reserva ovárica, uno de los factores que miden su capacidad para quedar embarazada, llega a su punto límite a partir de los 35 años.

En general, cada mujer nace con una reserva ovárica de entre uno y dos millones de óvulos. Cuando viene la menstruación, se cuentan unos 400.000 óvulos. “A los 35 años, apenas tienen el 10% de esa reserva”, explica el Javier Ascenzo Aparicio, ginecólogo y experto de fertilidad asistida de la Clínica Miraflores y past president de la Sociedad Peruana de Fertilidad.

Antiguamente, era común que las parejas se casaran a los 18 o 20 años y tuvieran descendencia ni bien se iniciaba la “edad adulta”. Ahora los cambios de paradigma han hecho que las mujeres posterguen su deseo de ser madres hasta después de los 35 años, precisamente cuando su reserva ovárica es mucho menor y hay menos chances de quedar embarazada de forma natural.

“Muchas mujeres ahora priorizan su desarrollo profesional y retrasan sus deseos de convertirse en mamá hasta después de cumplir sus objetivos académicos o laborales. El problema es que a cierta edad, concebir es mucho más difícil. A los 35 años, la capacidad reproductiva no es la misma que a los 20 o 25 años”, sostiene el especialista.

Ahora que las mujeres son madres a edades cada vez más avanzadas, es importante que tengan mayor información sobre su salud reproductiva, a fin de tomar mejores decisiones sobre su fertilidad. Un factor clave es conocer cuál es la reserva ovárica que tienen.

La reserva ovárica es uno de los indicadores que miden la fertilidad femenina. Revela la cantidad de óvulos de los que dispone una mujer en un momento determinado, así como la calidad de los mismos. Como bien afirma Ascenzo Aparicio, una baja reserva ovárica es una de las principales causas de infertilidad femenina. Por ello, conseguir un embarazo depende mucho de este factor.

Hoy en día conocer la reserva ovárica es sencillo y rápido. Se hace a través de un examen de sangre que mide los niveles de Hormona Antimulleriana (AMH por sus siglas en inglés). Esta hormona, que se se produce en los tejidos reproductivos, varía en función a la edad de la paciente. “Un nivel alto puede significar que la mujer tiene más óvulos disponibles y podría responder mejor a un tratamiento de fertilidad asistida. Los niveles bajos de AMH revelan que tal vez tenga pocos óvulos disponibles, por lo que lograr el embarazo será más difícil”, acota Ascenzo Aparicio.

Para la prueba solo se extrae una pequeña muestra de sangre de la paciente. Puede realizarse cualquier día, ya que las concentraciones de la Hormona Antimulleriana no cambian mucho durante la menstruación. Dependiendo del laboratorio donde se realice, los resultados pueden estar en cuestión de horas o máximo dos días.

“Esta prueba es muy importante pues les permite a las mujeres planificar mejor su maternidad. Al saber su reserva ovárica podrá tomar la decisión de buscar un embarazo dentro de poco, conservar sus óvulos mediante vitrificación o seguir así si lo considera necesario. La idea que es la mujer pueda tomar decisiones sobre su maternidad cuando aún es posible. Recordemos que el paso del tiempo es clave en la fertilidad”, explica el doctor Javier Ascenzo.

Si tras la prueba la paciente desea seguir postergando su maternidad, tiene la oportunidad de “guardar” sus óvulos mediante congelamiento (o vitrificación) hasta el momento que los requiera. El doctor Ascenzo explica que la edad ideal para beneficiarse con este procedimiento está entre los 32 y 35 años, cuando aún se puede criopreservar óvulos de buena calidad; pasada dicha edad existen menos posibilidades.

Pero, ¿en qué consiste esta técnica? El proceso de vitrificación consiste en estimular los ovarios para obtener la mayor cantidad de óvulos maduros. “En el laboratorio, estos se colocan en un tanque de nitrógeno líquido a menos 196 grados centígrados bajo cero. A esta temperatura, las células entran en un estado de vida inanimada”, refiere.

Las mujeres que no tienen proyecto de tener hijos en el corto y mediano plazo, que ya bordean los 32 a 35 años, tienen en la vitrificación una opción para mantener sus óvulos jóvenes y volver a utilizarlos años después, sin complicaciones. “Una señora de 45 años que usa sus óvulos extraídos y guardados cuando tenía 30 tiene una tasa de aborto de solo el 10%. Pero si utiliza sus óvulos actuales, sería de 50% y el riesgo de tener un bebe con problemas aumenta considerablemente”, afirma el experto.

Datos

Según la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (RedLara), el 2017 se realizaron en el Perú 6.779 ciclos y procedimientos de fertilidad asistida, eso es el 7% de todo el promedio en América Latina (el 2008 era el 5%). Ya superamos en número de tratamientos a países como Chile, Ecuador, Colombia y Uruguay. Solo estamos detrás de Argentina, México y Brasil. Las cifras se recogieron de doce centros de fertilidad a nivel nacional.

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