(Infografía: El Comercio)
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Redacción EC

El pollo a la brasa es uno de los platos más representativos del Perú. El chifa es igual de popular pero con más variantes y más económico.

Y junto con ellos las hamburguesas se han convertido en una alternativa cada vez más común, sobre todo entre los más jóvenes. Estos tres tipos de comida fueron seleccionados por la Asociación Peruana para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (Come Bien), para hacer un análisis de laboratorio y determinar cuáles son los aportes nutricionales de cada una de estas alternativas.

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El objetivo de este análisis es generar la información suficiente para que el usuario sea capaz de decidir. Y entre los principales hallazgos están los altos niveles de azúcar y grasas saturadas en los tres menús.

“Nos llamó la atención un estudio de Arellano, que mencionaba que el 60% de peruanos trabajadores de 25 años comía fuera de casa. Luego encontramos un estudio del 2014 del INEI en que se presentaba un aumento considerable del gasto de los peruanos en esa actividad. Mientras que a escala nacional el aumento fue del 8%, en Lima fue de más de 12%”, explicó a El Comercio la nutricionista Mónica Saavedra, directora de la iniciativa Come Bien.

Se analizaron tres menús. Uno de chifa, compuesto por wantán frito o sopa wantán, combinado con pato de fondo; otro con ensalada fresca de entrada y una pechuga de pollo a la brasa con papas de fondo; y el último con una hamburguesa de carne mediana con papas fritas. Cada menú tenía un vaso de chicha.

Niveles altos

“Lo más destacable es que todos los menús analizados tienen altos niveles de grasas, carbohidratos y, especialmente, sodio. Queda claro que no son alternativas muy equilibradas”, señaló a este Diario la doctora Yulán Hernández, del Departamento de Ciencias (Química) de la Universidad Católica, que no participó en la investigación.

Para esta especialista, se debería incluir una mayor cantidad de verduras y menos frituras. “Además de tratarse del consumo de alimentos bastante calóricos, parte de los altos niveles de grasas proviene de la manera de cocinar los alimentos y de los aceites empleados”.

Los resultados indican que algunos componentes de los menús, por sí solos, pueden brindar nutrientes necesarios.

La nutricionista Saavedra recalca que los mensajes que quiere llevar Come Bien son “que el consumidor tenga la información completa para decidir una alimentación balanceada; que estemos en condiciones de elegir la mejor combinación de alimentos; y que la manera en que se manipula y se sirven los alimentos sean los más idóneos”.

Algunas precisiones

  • La nutricionista Mónica Saavedra recuerda que no se trata de decir que ciertos alimentos son malos, sino que pueden ser perjudiciales cuando se consumen en exceso. El problema está en las combinaciones y en el tamaño de las porciones.

  • La adquisición de las muestras y el análisis de estas los hizo un laboratorio acreditado por el Instituto Nacional de la Calidad (Inacal), para salvaguardar la trazabilidad de los productos vendidos. Se concentraron en la cantidad de micronutrientes, cantidad de las grasas, sodio y azúcar.

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