Tomás Unger Golsztyn

Por milenios la humanidad dependía de lugares conocidos, como montañas o islas, y de mapas del mundo y del firmamento, laboriosamente desarrollados a través de siglos, para guiarse al viajar por tierra y por mar. Era una mezcla de conocimientos y talento, pasados de generación en generación por exploradores, guías y navegantes mediante enseñanzas teóricas y prácticas que tomaban años aprender.