(Foto: Western Aspen Alliance)
(Foto: Western Aspen Alliance)
Redacción EC

A la colonia de álamos temblorosos de Pando, en Utah (EE.UU.) también se la conoce como el "gigante tembloroso". Lleva en pie desde hace miles de años, pero ahora, alrededor del 80% se encuentra en riesgo: sus 47.000 árboles genéticamente idénticos, que conforman uno de los organismos vivos más grandes del mundo, están siendo devorados lentamente por los ciervos, según una nueva investigación publicada en PLOS One.

El grupo de científicos, de la Universidad Estatal de Utah, midió la salud de varias partes del bosque contando el número de árboles vivos frente a muertos, el número de nuevos tallos y rastreando las heces de los animales que cayeron para picar. Descubrieron que el mayor obstáculo para la supervivencia del Bosque Nacional Fishlake, era el venado bura.

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Que los tallos viejos se mueran, es natural; sin embargo, que no crezcan nuevas plantas es lo que preocupa a los investigadores. Durante las últimas dos décadas, el venado bura y el ganado han devorado los nuevos tallos que brotan del álamo subterráneo: en la mayoría de las áreas, no hay árboles jóvenes o de mediana edad.

Al comparar fotografías de hace 72 años con el estado actual del bosque, se observa un evidente adelgazamiento. En 1939, todas las copas de los árboles se tocaban, pero a partir de la década de 1970, hay huecos visibles entre ellos, lo que significa que los árboles viejos se están muriendo y los nuevos no están llegando para llenar los vacíos.

Parte del problema es que el venado bura ya no tienen depredadores naturales en el área. A principios de la década de 1900, los humanos desaparecieron a la mayoría de los depredadores naturales, como los lobos y los osos grizzly, dijo Rogers. Ahora, casi todos los terrenos en Pando están reservados para usos recreativos, como acampar, donde los animales están protegidos de la caza.

"Sin una próxima generación que los respalde, creo que estamos claramente en el camino del colapso", dice Paul Rogers, un profesor de la Universidad del Estado de Utah que ha estudiado extensivamente a Pando. "Diría que dentro de 10 años o 20 años como máximo, quedará muy poco de la colonia", concluye.

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