Hace 35 años –el 1 de julio de 1979– el mundo cambió. La japonesa Sony lanzó al mercado el Walkman TPS-L2, un novedoso dispositivo que permitía reproducir música contenida en caset de cinta de una manera verdaderamente portátil. Por fin, la tecnología permitía a cualquier persona llevar su música a cualquier lugar, sin molestar al resto.
Un año después, en 1980, el producto llegó a EE.UU. y pese a costar unos US$200, ocurrió lo mismo que sucede hoy en día con los equipos de alta tecnología: cientos de personas esperando hasta un mes por tenerlo.
En sus primeros dos meses se vendieron unas 30.000 unidades. En los siguientes 10 años se vendieron 50 millones más y hasta el 2010, último año en que se comercializó el equipo con caset, se habían vendido unos 400 millones de unidades.
En 1984 Sony lanzó el CD Walkman, que usaba como soporte los novedosos discos compactos. Con el paso de los años, y la obsolescencia de los soportes, la empresa japonesa decidió mantener la marca pero usándola en diversos aparatos.
La aparición del iPod en el 2001 hizo que Walkman perdiera el liderazgo en el segmento de reproductores portátiles. Hoy el nombre se mantiene en una aplicación para los dispositivos móviles de Sony.