(Foto: Cortesía)
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Diego Suárez Bosleman

El Perú ingresó a la era espacial con un satélite propio”, se leía en varios medios. Era el 21 de noviembre del 2013 y el país celebraba el lanzamiento del primer nanosatélite peruano, desarrollado por la Pontifica Universidad Católica (PUCP). Un par de meses después, la hazaña se repetiría, con proyectos de la Universidad Alas Peruanas (UAP) y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Hoy, el Estado ya cuenta con un gran satélite de observación terrestre: el Perú SAT-1, adquirido a la empresa Airbus Defence & Space. Sin embargo, ¿qué ocurrió con los dispositivos universitarios? ¿Siguen activos? ¿Qué alcanzaron?

—Herramientas de aprendizaje—

A las 2:10 de la mañana –hora peruana– salió al espacio desde Rusia el nanosatélite PUCP SAT-1, desarrollado por el Instituto de Radioastronomía (Inras) de la PUCP. Lo sobresaliente de este dispositivo es que en su interior albergaba otra máquina.

Nuestro satélite hacía cosas muy simples, como medir la temperatura de sus componentes. No era de investigación del clima o de observación. La gran importancia que tenía es que se desarrolló un método para que albergara y lanzara desde el espacio otro satélite, llamado Pocket PUCP. Eso nos convirtió en la única universidad del mundo que ha usado su propio satélite como lanzadera”, dijo a El Comercio Jorge Heraud, director del Inras.

El rastreo de los dos equipos se mantuvo por un par de años, luego se dejó para pasar a otros proyectos. A la fecha, Heraud indica que lo más probable es que el PUCP SAT-1 ya no funcione, aunque puede que el Pocket PUCP siga activo al ser más simple y pequeño.

(Infografía: Raúl Rodríguez)
(Infografía: Raúl Rodríguez)

Aunque no se trató de satélites de investigación, el experto indica que lo aprendido en cuanto al diseño y construcción se está empleando en el desarrollo de tres nuevos dispositivos, los cuales esta vez transportarán experimentos.

Por su parte, el nanosatélite de la UAP, bautizado como UAP SAT-1, fue lanzado desde la misma Estación Espacial Internacional (EEI) el 28 de febrero del 2014, a través de un sistema de brazo robótico.

El UAP SAT-1 fue un satélite desarrollado para fines educativos. Transmitía datos sobre su estado, como temperatura y fluctuaciones de corriente y voltaje”, le indicó a este Diario Juan Carlos Marca, director de la Escuela de Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones de la UAP.

Se mantuvo vigente hasta mayo de ese año. Al preguntar sobre proyectos futuros, Marca sostiene que por ahora la UAP no está planeando el desarrollo de nuevos satélites.

Respecto a la UNI y su nanosatélite Chasqui-1, el caso fue un poco distinto a los anteriores. Primero, la máquina fue soltada al espacio por el cosmonauta ruso Oleg Artémiev durante una caminata por la EEI. Era el 18 de agosto del 2014. Segundo, se diseñó para que capture imágenes de la Tierra. Sin embargo, los especialistas de la UNI solo podían entrar en contacto con el satélite un par de minutos al día. Es más, en algunas fechas ni siquiera lograban comunicación alguna.

De acuerdo con Alonso Tenorio, director del Centro de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la UNI, el proyecto duró un poco más de seis meses. Pese a las limitaciones, Tenorio asegura que se cumplieron los objetivos, pues de la iniciativa salieron varias tesis de maestría y doctorales.

Al día de hoy, la UNI se ha centrado en el desarrollo de dos tipos de dispositivos espaciales: los rover –vehículos de exploración– y los cansat –máquinas en formas de lata capaces de recoger diversos datos–. Uno de estos proyectos, llamado Killa Lab, será lanzado el próximo año a la Luna.

—Vigilante espacial—

Pero aunque ninguno de estos satélites esté ahora vigente, el país todavía tiene una huella en el espacio con el Perú SAT-1, dispositivo que ha cumplido dos años tomando imágenes del territorio nacional, con un promedio de 203 por día.

Actualmente, son varias las instituciones peruanas que trabajan con el satélite. Por ejemplo, la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (SBN) emplea las imágenes procesadas para la vigilancia de los predios del Estado. El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el Ministerio del Ambiente, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) y el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) son otras de las instituciones que han empezado a trabajar con el Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (Cnois) y la Agencia Espacial Peruana (Conida) para convertir los datos obtenidos por el Perú SAT-1 en productos.

De acuerdo con el coronel de la FAP Edgar Guevara, director técnico del Cnois, uno de los objetivos actuales es aumentar la cantidad de usuarios de este servicio.

El Perú tiene más de 2.000 instituciones y solo un 20% o 30% emplean nuestro archivo de imágenes. Y hay que recalcar que este servicio es de gran importancia. Por ejemplo, cada alcalde del país necesita este tipo de imágenes para gestionar territorio”, afirma Guevara.

—Para tener en cuenta—

1. Avances en el servicio de imágenes El próximo año, la Conida probará una plataforma digital en la nube para facilitar las solicitudes y el manejo de las imágenes satelitales.

2. La agencia está desarrollando también un protocolo que permita usar las imágenes satelitales para el monitoreo de la pesca ilegal.

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