La desconexión voluntaria también tiene su origen en lo que se ha denominado ‘el hartazgo informativo’.
La desconexión voluntaria también tiene su origen en lo que se ha denominado ‘el hartazgo informativo’.
Redacción EC

Hasta la famosa congresista latina Alexandria Ocasio-Cortez, quien hizo de las redes sociales su principal herramienta para convertirse en la persona más joven en llegar al Congreso de Estados Unidos tuvo que replantearse el tema de las redes. Y lo mismo le ha pasado a decenas de famosos, como a los cantantes Ed Sheeran o Selena Gómez; pero también, a miles de personas comunes y corrientes. La gente se lo pregunta cada vez más: ¿vale la pena el tiempo que gastamos en redes frente a lo que estas nos dan?

Las redes sociales son un riesgo para la salud pública de todos, especialmente de niños y jóvenes”, llegó a decir Ocasio-Cortez en una entrevista para el podcast de Yahoo ‘Skullduggery’, en la que ratificó que dejaba Facebook y que reduciría su participación en Twitter e Instagram.

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Y la congresista no está sola. Como ella, cada vez son más las personas que deciden cortar por lo sano con estas plataformas, poniéndose límites en su uso, optando por abandonarlas por un tiempo o definitivamente, o migrando a otros espacios digitales que no les generen tanta ansiedad.

Es lo que Chad Hurley, uno de los fundadores de YouTube, definió como “la ‘social media fatigue’”: un agotamiento generalizado de las redes por el aluvión frenético de datos a los que nos exponen. “Se produce demasiada información y la gente empieza a querer desconectarse”, le dijo al diario español ABC.

Según una reciente investigación de Edison Research, desde 2017, más 15 millones de personas, la mayoría entre los 12 y los 34 años, han abandonado Facebook solo en Estados Unidos. La principal razón, indica el estudio, tiene que ver con los escándalos relacionados con el uso de datos personales y brechas de seguridad que ha protagonizado esta red social, pero también se esgrime como razón la dependencia y adicción que genera.

“Yo cerré Instagram y Facebook por unos meses, necesitaba desconectar. Me di cuenta de que pasaba demasiado tiempo revisando mi celular de forma enfermiza a la espera de que alguien les diera ‘like’ a mis fotos o publicaciones. Era agotador”, explica María, de 32 años. Esta joven bogotana que volvió a retomar su vida digital, pero asegura que ahora se lo toma con más tranquilidad.

La Asociación Americana de Psicología dice que los principales problemas mentales asociados al uso de las redes sin control son el estrés y la depresión. Básicamente, por la comparación permanente con otros que, aparentemente, tienen vidas más interesantes y felices.

“Las personas pasan demasiado tiempo monitoreando la vida de los otros y comparándose o buscando la validación externa. Es una forma equivocada de reforzar la identidad y sentirse valioso en esta sociedad digitalizada en la que vivimos”, coinciden en apuntar varios expertos consultados por El Tiempo. Y un estudio elaborado por la Royal Society of Public Health del Reino Unido, sobre 1.500 personas, concluyó que los usuarios de Snapchat e Instagram son más propensos a desarrollar cuadros de ansiedad.

La actriz estadounidense Jennifer Aniston, famosa por la serie ‘Friends’, es una de las celebridades que se ha negado a tener redes sociales y explica su posición con contundencia: “Me preocupa el efecto dañino que pueden provocar en los jóvenes, porque están descubriendo cuál es su identidad a través de personas que se exhiben con filtros y muchos cambios…”, es decir, con evidentes falsedades. A lo que añadió: “y luego está el rollo este de ‘dame un like’, ‘¿me diste un like?’... Existe mucha desesperación y comparación”. No en vano Facebook estudia hoy eliminar los ‘likes’.

Un estudio del Happiness Research Institute comprobó que aquellos que se distanciaron temporalmente de Facebook –siete días– se sentían más felices que los que se mantuvieron enganchados. De estos últimos, un 34 % reconoció sentirse triste y un 25 %, solo.

Esta desconexión voluntaria también tiene su origen en lo que se ha denominado ‘el hartazgo informativo’. Es decir, el hecho de estar recibiendo más información de la que podemos procesar y, además, más o menos la misma información. Porque un estudio de los investigadores Eytan Bakshy, Solomon Messing y Lada A. Adamic, y publicado en la revista ‘Science’, demostró que las personas con ideología liberal solo acceden a un 24 por ciento de información que desafía su forma de pensar, y los conservadores, a un 35 por ciento. “Los algoritmos y nuestras preferencias personales juegan un papel decisivo en lo que recibimos y vemos”, resaltaron.

A raíz de esta tendencia hacia el “apagón digital”, o al menos, a una menor exposición, en los últimos años han surgido numerosas aplicaciones que ayudan al usuario a autovigilarse en el uso de las redes sociales y a ponerse freno. Son herramientas que permiten gestionar el tiempo que se dedica a estas plataformas y ayudan a evitar su uso cuando requerimos destinar tiempo de calidad a otras actividades, como pasar tiempo con la familia y los amigos. Con este propósito se presenta OffTime, una aplicación que se puede programar para distintos modos, como trabajo, familia y tiempo libre. Su fuerte es que bloquea aplicaciones que fomentan la distracción mientras el usuario está reunido con otras personas.

Otra de las causas de abandono son las noticias falsas.

Y hasta las empresas se lo están cuestionando. Uno de los casos más recientes y sonados es el de la famosa empresa de higiene y cosméticos Lush, que cerró todos sus perfiles en redes sociales asegurando que estaban “cansados de luchar contra los algoritmos” y se negaban a pagar publicidad para aparecer en los muros de sus seguidores.

Otra de las ‘apps’ en clave de ‘detox digital’ es Quality Time, un ‘software’ que permite saber cuántas veces la persona ha desbloqueado el ‘smartphone’, cuántas aplicaciones ha abierto y, a partir de estos datos, realiza estadísticas avanzadas para que el usuario sea consciente del tiempo que gasta navegando en las redes. También permite establecer alarmas que avisan cuando se sobrepasa un tiempo limitado en las distintas aplicaciones.

Cada vez hay más gente consciente de lo negativo que puede resultar destinarle tanto tiempo a vivir una vida virtual en desmedro de una vida más real.

El Tiempo, GDA

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