El 25 de junio, en Cabo Cañaveral, Florida, se lanzó el SpaceX Falcon Heavy. (Foto: Reuters)
El 25 de junio, en Cabo Cañaveral, Florida, se lanzó el SpaceX Falcon Heavy. (Foto: Reuters)
Redacción EC

La compañía del empresario tecnológico Elon Musk, SpaceX, lanzó su reconocido cohete Falcon Heavy con 24 satélites experimentales a bordo, en uno de los lanzamientos que la compañía de cohetes consideró uno de los más difíciles que ha intentado.

La gigantesca nave, recordada por haber enviado un auto Tesla al espacio, despegó a los aplausos de los espectadores a las 2:30 a.m. desde el Centro Espacial Kennedy en Florida (EE.UU.) tras una demora de tres horas desde la hora de lanzamiento original el lunes. 

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La misión, denominada Programa de prueba espacial 2 (STP-2), es la tercera para el cohete Falcon Heavy, que SpaceX describe como el sistema de lanzamiento más poderoso del mundo. La misión para la Fuerza Aérea buscaba certificar que la nave fuera capaz de lanzar futuras misiones de seguridad nacional.

La misión, que buscaba repartir satélites en tres órbitas separadas, fue según dijo la compañía en su sitio web, una de las más desafiantes en la historia de SpaceX. Según reportes, los refuerzos de la nave se separaron de manera segura cuando el cuerpo comenzó su misión de seis horas para desplegar los satélites. Aunque los cohetes de refuerzo lateral regresaron a salvo a la Tierra, aterrizando en las pistas adyacentes de la Fuerza Aérea, el centro del cohete no alcanzó su marca y se estrelló en el océano Atlántico

Hasta la fecha, SpaceX no ha recuperado con éxito un núcleo central de un lanzamiento de Falcon Heavy. En el primer lanzamiento, el cohete se quedó sin combustible y se estrelló de forma similar en el océano. El segundo lanzamiento cayó por la borda en aguas turbulentas. Musk, quien predijo problemas con el aterrizaje central en el avión no tripulado SpaceX en el Atlántico, dijo en Twitter el martes temprano que "era una posibilidad muy remota". 

El 25 de junio, en Cabo Cañaveral, Florida, se lanzó el SpaceX Falcon Heavy. (Foto: Reuters/Steve Nesius)
El 25 de junio, en Cabo Cañaveral, Florida, se lanzó el SpaceX Falcon Heavy. (Foto: Reuters/Steve Nesius)

Por suerte para SpaceX, el aterrizar con éxito el propulsor en una nave no tripulada no se considera una parte integral de la misión. La entrega de la carga útil, los satélites, en sus respectivas órbitas resulta una prioridad mucho mayor.

Según la compañía, el Falcon Heavy es el cohete operacional más poderoso del mundo. Con una capacidad de elevar en órbita casi 64 toneladas, más de lo que sería un avión de más de 700 pasajeros cargado con las personas, la tripulación, el equipaje y el combustible. 

El lanzamiento fue encargado por el Departamento de Defensa de los EE.UU., un agenta clave para empresas espaciales comerciales como SpaceX. Si el lanzamiento salía como lo planeado era de esperar que el Falcon Heavy se consolidara como un cohete confiable para el Departamento de Defensa, lo que significaría posicionar a la compañía tecnológica como un proveedor de lanzamientos para el ejército durante la mayor parte de la próxima década.

Según reportaron medios locales, SpaceX es una de las cuatro compañías que compiten por ser una de las dos principales proveedoras de lanzamiento de la Fuerza Aérea de los EE.UU. pues solo dos compañías serán elegibles para recibir contratos entre 2020 y 2024 con el objetivo de proveer lanzamientos de satélites. La carrera incluye a compañías como Blue Origin y Northrop Grumman, que también están desarrollando nuevos cohetes: el New Glenn y el OmegA.

SpaceX también ha trabajado para la agencias como la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), laboratorios del departamento de defensa y universidades.

Entre las cargas útiles que Falcon Heavy está poniendo en órbita están incluidos un reloj atómico que la NASA está probando para la navegación espacial y un proyecto de vela solar financiado en parte por la Sociedad Planetaria, una organización sin fines de lucro. El LightSail es un proyecto financiado con fondos colectivos que pretende convertirse en la primera nave espacial en órbita terrestre impulsada únicamente por la luz solar, dice la sociedad, que ha defendido la propulsión solar durante décadas.

La compañía está detrás de la visión de Elon Musk de un internet satelital de bajo costo y amplísima cobertura. Hace un mes, SpaceX puso en órbita 60 satélites con ayuda de otra de sus naves insignia, la Falcon 9, que también desempeñará pruebas para la Fuerza Aérea de EE.UU.

En mayo, la compañía de transporte aeroespacial envió los primeros satélites que darán vida al proyecto Starlink, con el que la empresa de Elon Musk busca crear su propia red de internet satelital de alta velocidad. SpaceX compite por crear una red propia de este tipo en el espacio contra empresas como OneWeb -que en febrero lanzó sus primeros satélites-, Telesat y Blue Origin, propiedad del dueño de Amazon, Jeff Bezos.

Fuente: Reuters, El Tiempo/GDA 

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