Stuart dice que puede pasar de estar feliz a entrar en pánico de un momento a otro.
Stuart dice que puede pasar de estar feliz a entrar en pánico de un momento a otro.
BBC News Mundo

Stuart tiene 34 años y lleva toda la vida siendo una persona hiperactiva.

En realidad, es mucho más que eso: a los 5 años le diagnosticaron trastorno por déficit de atención e hiperactividad(TDAH), una de las afecciones del desarrollo neuronal más frecuentes de la niñez, aunque también la sufren adultos.

"Tengo el cerebro de Einstein, con la capacidad de atención de un niño de 2 años", le cuenta a la BBC.

Según el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), la mayoría de los casos son diagnosticados entre los 6 y los 12 años, pero muchos continúan experimentando dificultades en la edad adulta.

No tiene cura, pero se puede “controlar eficazmente” y lograr que algunos síntomas “mejoren” a medida que uno crece, dicen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)​, una agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

"Las personas con TDAH pueden tener problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas (podrían actuar sin pensar en el resultado de sus acciones) o ser demasiado activos", explican los expertos.

Síntomas del TDAH

Los niños con TDAH suelen ser demasiado activos y es habitual que hablen mucho.
Los niños con TDAH suelen ser demasiado activos y es habitual que hablen mucho.
  • Fantasear mucho.
  • Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.
  • Retorcerse o moverse nerviosamente.
  • Hablar mucho.
  • Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.
  • Tener problemas para resistir la tentación.
  • Tener problemas para respetar turnos.
  • Tener dificultades para llevarse bien con otros.

Fuente: CDC

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Existen, según los especialistas, tres tipos de TDAH: aquel en el que predomina la falta de atención (las personas se distraen fácilmente y se olvidan detalles del día a día), aquel en el que predomina la hiperactividad/impulsividad (se mueven nerviosamente y hablan mucho); y un tercer tipo combinado.

Pero los síntomas pueden variar con el paso del tiempo.

También afecta a las emociones.

"En un momento puedes ser agradable y sentirte feliz... y al minuto tener un ataque de pánico, pero no tal y como lo conocemos", dice Stuart.

Eso hace que una tarea simple como una visita a una ciudad sea un evento complicado.

"Tu cabeza da vueltas, tus oídos y tus ojos recogen docenas de sonidos y cosas; tus sentidos no funcionan como uno solo".

“La gente no se da cuenta realmente de que un minuto podemos hacer algo superrintenso, y al siguiente ya no podemos”.

Las personas con TDAH, como Stuart, pueden sufrir ataques de pánico.
Las personas con TDAH, como Stuart, pueden sufrir ataques de pánico.

En cuanto al tratamiento, suele usarse terapia conductual y/o medicamentos en la mayoría de los casos.

Y con respecto a las causas, se cree que la mayor parte de los factores son genéticos, aunque no puede identificarse una sola causa.

Cómo vivir con TDAH siendo adulto

Debido a que se ha considerado durante mucho tiempo un trastorno propio de la infancia y la adolescencia, la mayoría de los adultos con TDAH no están diagnosticados.

"Puede ser difícil", cuenta Stuart.

"Afecta a las tareas del hogar; algunas horas puedo limpiar, otras simplemente no puedo. En cuanto al empleo, por causa del estigma y la incomprensión hacia la condición, nunca he sido contratado".

En la web TDAHyTU, especializada en la difusión de contenidos científicos y educacionales sobre el trastorno, se lee que “la falta de formación, información y atención sobre el TDAH tiene consecuencias negativas directas sobre los pacientes, sus familiares, amigos y otras personas de su entorno, que sufren el estigma, la insensibilidad y la falta de consideración hacia el trastorno”.

La mayoría de los adultos que tienen el trastorno no están diagnosticados.
La mayoría de los adultos que tienen el trastorno no están diagnosticados.

Un estudio internacional que fue publicado en la Revista de Neurología señala que la prevalencia del trastorno en adultos es del 3,4%, aunque la mayoría de ellos no están diagnosticados.

Stuart recibe el apoyo de voluntarios que trabajan en una institución llamada Lighthouse, ubicada en Bedfordshire, la ciudad al este de Inglaterra en la que vive, que ayuda a personas con trastornos mentales.

"Si tengo uno de mis ataques hiperactivos, en los que brinco de un lado a otro, no le dan mucha importancia, saben que se me pasará".

“Al fin y al cabo, todos somos humanos. Es solo que cuando fuimos conectados a nivel neurológico, ocurrió de forma muy, muy diferente”.

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