En la novela del autor canadiense Yann Martel Una aventura extraordinaria, un adolescente indio cuya familia es dueña de un zoológico sobrevive a un naufragio cuando se mudaba a Canadá y pasa 227 días a la deriva en el Océano Pacífico, en un bote salvavidas con la única compañía de un tigre de Bengala.

En la novela del autor y médico brasileño Moacyr Scliar Max y los felinos, un adolescente judío huye de la Alemania nazi en un barco que lleva animales para un zoológico de Brasil y naufraga en el Atlántico; los únicos sobrevivientes son él y un jaguar.

La notable similitud de las premisas ha ensombrecido el triunfo de la película del director Ang Lee (llamada La vida de Pi en España y Una aventura extraordinaria en América Latina), que recaudó US$108.530.249 en las salas de cine de Estados Unidos y está nominada a 11 premios Oscar.

Una de esas nominaciones es para David Magee, por Mejor Guión adaptado de la obra del escritor canadiense.

Martel, quien nació en Salamanca, España y pasó parte de su niñez en Costa Rica y México, ganó el premio literario británico Booker en 2002 por éste, su cuarto libro.

CUESTIÓN DE INSPIRACIÓN Scliar nació en Porto Alegre en 1937, en el seno de una familia judía brasileña, y murió en febrero de 2011, un año y medio antes del estreno de la película.

Cuando Martel fue galardonado con el Booker, surgió la controversia por el parecido del argumento al libro de Scliar, publicado en 1981 en portugués y traducido al inglés en 1990.

El diario británico The Guardian publicó entonces un artículo que tildaba de plagio al libro de Martel, a lo que éste respondió que no había leído el de Scliar, sino simplemente una reseña, y ésa fue su inspiración.

Pero la cosa no quedó allí: Scliar se sintió halagado de que su libro hubiera inspirado a otro escritor, pero consideró entablar una demanda, porque ni siquiera le había pedido permiso para replantear su idea original.

Y para enrarecer aún más el ambiente, Martel reiteró que nunca quiso leer el libro de Scliar, porque esa premisa brillante se había arruinado con un autor inferior.

Obviamente, el comentario indignó a Scliar y al ambiente literario de Brasil en general.

HOMBRE Y BESTIA El blog brasileño LPM Editores dice que Las aventuras de Pi (como se titula en portugués) es un filme que sólo existe gracias a Max y los felinos.

Es la misma idea para historias diferentes, agrega el blog.

En la de Scliar, el barco se hunde a propósito para estafar al seguro y el náufrago es rescatado por otro barco para llegar a Brasil y verse acosado por su pasado alemán.

En la de Martel, el barco se hunde en medio de una tormenta y el náufrago llega a México, como el protagonista, ya adulto, se lo cuenta con un fuerte ingrediente de religiosidad a un escritor canadiense.

Lo que tienen en común es la interacción entre el hombre y la bestia.

No hay por que escandalizarse, dijo a BBC Mundo Hernán Vera Álvarez, periodista cultural que colabora con el diario El Nuevo Herald de Miami. Este tipo de situaciones o malentendidos ha ocurrido a lo largo de la historia del arte contemporáneo, es decir, desde que se inventó el copyright.

Pienso en la novela Desde el jardín de Jerzy Kosinski o el filme La vida es bella de Roberto Benigni, agregó. En verdad, nadie es el dueño de las historias. Borges alguna vez opinó que lo que quedaría de la literatura serían sólo los argumentos. El autor o el estilo serían olvidados. Eso puede ser una patada al ego de algunos, pero creo que es lo mejor.

Scliar, quien escribió más de 80 libros, también ganó muchos galardones, incluido el Premio Casa de las Américas en 1989. Fue columnista del diario Folha de Sao Paulo y en 2003 lo eligieron miembro de la Academia Brasileña de Letras.

¿MERECE EL ÓSCAR? No faltan quienes reclaman que, por las anteriores circunstancias, la película ni siquiera merece ser nominada al Óscar, especialmente el guión.

Life of Pi está nominada también al premio de Mejor Película y al de Mejor Director para el taiwanés Ang Lee, quien recibió un Oscar en 2006 por Brokeback Mountain, después de haber sido nominado en 2000 por Crouching Tiger, Hidden Dragon.

Sus otras nominaciones son en las categorías de edición, partitura, canción, diseño de producción, edición de sonido, mezcla de sonido, efectos visuales y dirección de fotografía, éste último para el chileno Claudio Miranda, que ya había sido nominado en 2008 por El curioso caso de Benjamin Button y que recibió un Bafta por Una aventura extraordinaria.

El hecho es que el libro de Martel original o no inspiró una experiencia cinematográfica hermosa e impresionante que merece cada una de sus 11 nominaciones al Óscar. Castigar al filme por el supuesto error cometido por Martel hace 12 años sería negligente y atroz, afirmó Hudak para BBC Mundo.