RODRIGO BEDOYA El Comercio
La selección de Ben Affleck como el nuevo Batman ha generado una fuerte polémica en todos lados. Y no pocos ya auguran el fracaso total de la propuesta, sobre todo teniendo en cuenta que el actor trabajó en cintas como “Daredevil”, “Armagedón” y “Pearl Harbor”. Claro, nadie se acuerda que el actor también obtuvo el premio de actuación en el festival de Venecia 2006: el nuevo Batman es un actor consagrado en uno de los más importantes festivales del mundo.
Pero no sería nuevo que algún personaje hecho en base a un superhéroe fracase en el cine. Los casos no son contados: ya sea porque la película no funcionó o porque, a pesar de haber dado ganancias, no hizo lo esperado, el cine y los superhéroes no siempre han tenido una relación feliz. Aquí algunos ejemplos
1. “The Phantom” (1996) Basada en un cómic de Lee Falk, The Phantom es un personaje aparentemente inmortal que pelea incansablemente contra el crimen. El tono psicodélico de la propuesta, bastante ‘vintage’, no pegó en su estreno, allá por 1996. Ahora, la cinta ha recibido un seguimiento de culto a través del DVD, quizá porque, en algún momento, Sergio Leone se mostró interesado en hacerla y hasta el gran Joe Dante (el director de “Gremlins”) estuvo comprometido a dirigirla. Ninguno de los dos pudo cumplir ese sueño. Pero no todo salió mal: Billy Zane, el protagonista, obtuvo el papel del malo “Titanic” porque a James Cameron le gustó su trabajo en el filme.
2. Los “Batman” de Joel Schumacher Después de las dos buenas películas de Tim Burton, ni él ni Michael Keaton, su Batman, querían seguir. Nadie sabe a quién se le ocurrió que el mejor sucesor podía ser Joel Schumacher, uno de los directores más flojitos de Hollywood. Pero el punto es que le dieron la responsabilidad. ¿Qué hizo el cineasta? El tono oscuro y sombrío de las cintas de Burton dio paso a una Ciudad Gótica colorinche, más parecida al show de una discoteca que a una ciudad donde campea el crimen. Pero si “Batman Forever” (1995), con Val Kilmer como el hombre murciélago zafaba porque el malo era Tommy Lee Jones (quién nunca está mal), “Batman y Robin” (1997), con George Clooney como Batman, era simplemente ridícula. Un punto negro en la filmografía de George. Y una pena por Uma Thurman, desperdiciada como Poison Ivy.
3. “Hulk” (2003) Todo parecía encaminado. Estaba Jennifer Connelly, quien siempre está bella. Estaba Ang Lee, un directorazo que asumía su primer reto grande en Hollywood. Sí, también estaba Eric Bana en el papel del monstruo verde y su cara de plástico, pero lo demás compensaba. Y sí, “Hulk” hizo 250 millones de dólares, superando lo que costó, pero no llegó ni a los talones de lo que querían los gerentes de Universal Pictures. Quizá sea porque en vez de centrarse en la acción, Lee decidió hacer un melodramón de proporciones bíblicas. La propuesta tenía su encanto, pero como dijo un crítico gringo: “mucha palabra, muy poca destrucción”.
4. “Superman regresa” (2006) Bryan Singer estaba feliz y contento cuando asumió el reto de llevar a la pantalla a Superman. Eligió a Brandon Routh (¿quién?) para que sea el protagonista. Lo eligió a Kevin Spacey, excelente actor, como Lex Luthor. Warner invirtió harta plata. ¿Y? Pues salió una cinta bastante aburrida, a pesar que la crítica gringa la alabó y, hoy por hoy, muchos reclaman que tenga su lugar en el cine. Para otros, la cinta está donde tiene que estar: en un justo olvido y con una secuela cancelada, que dio pie a reconstruir la saga con “El hombre de acero”.
5. “El avispón verde” (2011) Si hay algo que hay que reconocerle a esta adaptación es que se hizo con agallas: no cualquiera coge a Seth Rogen y Evan Goldberg, dos excelentes creadores de comedia, y les pide que hagan un guion para adaptar un “cómic” de superhéroes. Y sí, la película tiene el aire de haber sido escrita entre harta cervezas y muchas risas, lo cual le da un punto bonus. Porque acción coherente y villanos fuertes, pues no hay mucha. Seth Rogen como El Avispón Verde es una jugada arriesgada que no pegó del todo, como lo demuestra la poca recaudación que tuvo el filme. Igual, en medio de tanto absurdo (o justamente por eso), la cinta tiene sus momentos.