Óscar Martínez protagoniza “El ciudadano ilustre”, ganadora a Mejor Película de los IV Premios Platino del Cine Iberoamericano. (Foto: EFE)
Óscar Martínez protagoniza “El ciudadano ilustre”, ganadora a Mejor Película de los IV Premios Platino del Cine Iberoamericano. (Foto: EFE)

Se los conoce como los Óscar del Cine Iberoamericano. Se trata de los Premios Platino del Cine. El Óscar es la referencia, pero también la competencia. Ante la cansina omnipresencia de Hollywood (basta mirar la poca variedad de la cartelera local), hay que unir fuerzas para perseverar y promocionarse. Hispanohablantes y personas de la lengua portuguesa deben trabajar en el mismo equipo cinematográfico.

La celebración de la cuarta edición de los Premios Platino se llevó a cabo el sábado en el recinto deportivo La Caja Mágica, en Madrid, España (el próximo año será en México, y el Perú figura entre los candidatos para ser el anfitrión del 2019). Esta vez ningún peruano estuvo entre los nominados, aunque sí hubo presencia nacional.

El actor Lucho Cáceres anunció uno de los trofeos. Pasaron por la alfombra roja Mónica Hoyos, Marco Zunino, Bruno Ascenzo y Ricardo Morán. También asistieron a la gala el productor Miguel Valladares y el director Adrián Saba. Las redes de contacto deben ser ampliadas.
El premio a la Mejor Película Iberoamericana fue para la argentina “El ciudadano ilustre”, sobre un premio Nobel de Literatura gaucho que regresa a su pueblo natal después de décadas. Es una feroz comedia dramática sobre las miserias, egos y rencores humanos. El trofeo de Mejor Director fue para el inmenso español Pedro Almodóvar, por “Julieta”; el de Mejor Actriz recayó en la leyenda brasilera Sonia Braga, por “Aquarius”; y el de Mejor Actor fue para Óscar Martínez, por “El ciudadano ilustre”.

Almodóvar también se hizo presente en la gala celebrada en Madrid. (Foto: AFP)
Almodóvar también se hizo presente en la gala celebrada en Madrid. (Foto: AFP)

—Aquí se habla español—
La paradoja: los Premios Platino buscan que el cine iberoamericano amplíe su espacio en el mercado en medio de la hegemonía gringa, pero los Óscar han marcado unas pautas de entretenimiento de las que cuesta mucho distanciarse. Esta gala de los Premios Platino fue conducida por la actriz uruguaya Natalia Oreiro y el cómico español Carlos Latre, quien en un número de imitaciones realizó una emulación casi incomprensible de Mario Vargas Llosa (esto es también un show televisivo). Abundaron los chistes. El estadounidense Rob Schneider, esposo de la guionista y productora mexicana Patricia Maya, señaló al entregar el premio a Mejor Actor: “Brad Pitt no pudo venir, Adam Sandler dijo que no y por eso yo estoy aquí”. Hubo más de un acto musical: Miguel Bosé cantó “Morena mía” y el fin de fiesta estuvo a cargo de los reguetoneros de Gente de Zona y los veteranos Los del Río con ese hit repetitivo, pegajoso e inacabable llamado “Macarena”. También hubo discurso político: la actriz Prakriti Maduro abogó por una Venezuela libre y sacó la bandera de su país.

Según Egeda (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), la creadora de los Premios Platino, el 11% del mercado del cine mundial en el 2016 provino de Iberoamérica. Que el porcentaje crezca.

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