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Carlos Álvarez reveló por qué dejó de imitar a Paolo Guerrero - 2
Sonia del Águila

nadó contra la corriente y salió victorioso. Bregó contra sintonizados espacios televisivos, que en algún momento le hicieron tambalear el barco, pero no perdió el rumbo. Y hoy, que cumple 33 años de vida artística, el actor cómico dice que se siente orgulloso de haber mantenido intacta su línea humorística, pese a estar en una televisión donde prima "la exposición de la vida privada de la gente".

"Cuando comencé con esto (imitaciones) en los años 80 era una televisión diferente, ahora priman más las peleas,  los insultos y la vida privada. Ha sido difícil, sin embargo nos hemos mantenido en nuestra línea con un balance positivo", comentó Carlos Álvarez en entrevista en vivo con elcomercio.pe.

¿Qué opinas de la televisión mal llamada basura?

La televisión no es basura, debe servir para entretener, culturizar y permitir que el pueblo se exprese. Nadie puede decir que es perfecto, la televisión al final es un negocio e importa el ráting para ganar más dinero, no hay por qué molestarse, debe haber una autorregulación, más que censurar. Con algunos programas se debe ser más consciente.

¿A qué programas te refieres?

A muchos. Si hago una pregunta de cultura general simple, como: ¿quién fue Francisco Bolognesi?, y no sabes, los chicos de ocho años que ven el programa, piensa que el colegio es un relajo y que no se necesita aprender. Esas cosas no deben ocurrir en horario de protección al menor.

Tú que vives pendiente de la noticia porque de ella sacas los insumos para tus imitaciones, ¿Qué opinas de la delincuencia que ha rebasado todos los límites en nuestro país?

Es lamentable ver todo lo que vemos diariamente, la vida importa un pepino en nuestro país, la vida no vale nada. Estamos en la crueldad total y el gobierno parece estar atado de manos.

¿Irías a "El valor de la verdad"?

Mis respuestas no tienen por qué tener un precio en dinero, aquí, en esta entrevista, me pueden hacer todas las preguntas que quieran sin pagarme un sol.

¿Un imitador nace o se hace?

Nace, es algo innato, un don. Naces con talento, luego lo enriqueces más, es un trabajo muy disciplinado. Si quieres seguir en esta carrera tiene que ser tu modo de vida.

¿Algún político te agradeció por imitarlo?
No sirve ser amigo de los políticos, pero puedo decir con orgullo que tuve un amigo político: Hugo Garavito, que fue asesor de Toledo. Pese a que lo imitaba como un hombre deforme, cabezón, él me agradeció por imitarlo. Otros se pican, se hacen los locos, pese a que les conviene.

Gracias a tu imitación varios políticos han incrementado su popularidad.

Así es, Popy Olivera, por ejemplo, fue el primero al que imité; pero todos van cambiando, parece que sufren una mutación cuando llegan al poder.

¿A qué imitación le tienes más cariño?

A varios personajes que hemos hecho durante estas tres décadas, como el Padre Maritín, Paolín lin lin, Natalia Mala Mala, César Acuña, entre otros. Y de los antiguos, Pinochet.

La gente siempre te pide que vuelvas a trabajar con Jorge Benavides, ¿Volverías a trabajar con él? ¿Harías las paces con él?

No necesito hacer las paces con nadie, creo que uno debe buscar hacer las paces con uno mismo para encontrar paz en el alma y trabajar con tranquilidad, sin envidiar. Fue un dúo exitoso, pero ya cumplió su etapa y veo poco probable que nos volvamos a juntar.

¿Qué imitación te ha costado más construir?
A don Armando Villanueva del Campo, líder del APRA , que ya partió al más allá y tenía una voz muy potente, una voz que me maltrataba, me quedaba medio afónico.

Algunas imitaciones te han traído problemas, tal es el caso de Paolo Guerrero. ¿Sigues imitándolo pese a la carta notarial que te envió?

Esa historia tiene dos capítulos. En un momento él tuvo un exabrupto, luego logramos reconciliarnos, nos juntamos en el teatro Canout. Pero, luego de ello, salió una promoción con el personaje y nos envió una carta notarial -supuestamente escrita por él y firmada por su mamá- entonces optamos por dejar de hacer la imitación; además, ya no hacía la imitación porque nuestra selección está como Julio Guzmán, que está afuera y cree que sigue en carrera.

¿A qué personaje nunca imitarías?

A Abimael Guzmán, por ejemplo. No imitaría a ningún terrorista, a ningún delincuente que ha hecho mucho daño al Perú, a ningún delincuente que está destruyendo a mí país.


EL DATO

Carlos Álvarez celebrará sus 33 años de vida artística este 23 de mayo  en el teatro Canout. Las entradas están a la venta en Teleticket y en las boleterías de teatro.

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