La próxima edición de "En construcción" de Denise Arregui contará con la participación del exministro Salvador del Solar. Fotos: Cortesía.
La próxima edición de "En construcción" de Denise Arregui contará con la participación del exministro Salvador del Solar. Fotos: Cortesía.
Czar Gutiérrez

De pronto, el cuerpo se hizo pixel y la voz humana impulso eléctrico. De pronto el domicilio mutó a dirección IP y la interacción social pasó a estar goberrnada por ondas magnéticas, rango de frecuencias y ancho de banda. De repente ya no hubo tiempo para seguir pensando. Si la digitalización estaba en proceso, la pandemia y el aislamiento precipitaron la experiencia. Transmisiones en vivo, conferencias por Zoom, clases por Facetime, libros por descarga libre, recorridos virtuales por galerías de arte, cursos prepago y consultas online de toda laya. Las redes se llenaron de contenidos culturales. Y por primera vez los memes sintieron que su reino estaba siendo amenazado.

Denise Arregui (Lima, 1973) acababa de bajar de un avión y estaba a punto de subirse a otro cuando el primer mandatario declaró la inmovilización absoluta. Entonces otros artistas como ella, gestores culturales, productores, curadores y programadores de espacios tuvieron que enfrentarse al streaming a modo de prueba y error. E improvisar. O, mejor dicho, readaptar las estrategias de producción cultural y acelerar los procesos. Esto es, cambiar de lenguaje. Y dirigirse a algo que ya no era un teatro, un auditorio, una escuela, una sala de exposiciones o una biblioteca. Era rango dinámico, potencia de llegada, relación señal-ruido y público espectral.

Artesanía en bits

“En efecto, venía de La Habana y estaba a punto de viajar a París cuando se cerraron las fronteras”, dice Arregui. “Ese viaje a Cuba me cambió la perspectiva de muchas cosas y de alguna manera siento me preparó para lo que hoy vivimos. Humildad, generosidad y paciencia para hacer largas colas en las tiendas del barrio, por ejemplo. Y la interculturalidad. Cómo en un espacio llamado La Fábrica de Arte conviven viejos, jóvenes, blancos, negros, pobres y ricos compartiendo clases de danza y recitales. Tomando una cerveza o fumando un puro. Y también estaba a punto de viajar a París para ensayar ‘Hermanas’, obra del director Pascal Rambert que íbamos a estrenar en mayo junto a la actriz Lucia Caravedo. Felizmente no fuimos. Estaríamos allá las dos solas lejos de nuestras familias”.

Y con el desconcierto ante el cierrapuertas total, la creatividad. Que encontró en Arregui Mc Lauchlan el terreno más fértil para desarrollarse: profesionalmente graduada en comunicación audiovisual y teatro, productora de televisión, asistente de dirección y edición, reportera, presentadora de noticieros, de programas sobre sobre artes plásticas, teatro, danza, moda y crónicas urbanas. Protagonista de películas, telenovelas, cortos, series y miniseries. Además, fue cantante de La Pura Purita y su musical con 17 canciones de PJ Harvey devino en una notable remezcla de lenguaje vocal, audiovisual y performático (Kamikaze, 2012). Y, por supuesto, es una de las actrices mejor dotadas y versátiles del Perú.

Entonces, lejos de reinventarse —“esa palabra no me vacila mucho, hace como un ruido incómodo, como esas que aparecen por moda o tendencia”, dice— salió por el barrio en bicicleta para sortear policías y recolectar insumos: un trípode, un tacho de luz, un iPhone, un par de audífonos bluetooth y un proyector. Las provisiones de imágenes aterrizaban periódicamente por WeTransfer. Entonces encendió la cámara de su laptop y se puso a grabar sus conversaciones con Alberto Ísola, Mávila Huertas, Salvador del Solar y Pelo Madueño. También habló con el congresista Daniel Olivares y con la cantante ayacuchana Renata Flores. Y así vio la luz ese emprendimiento autogestionado que por nombre lleva “En construcción”.

Libélula digital

“Es verdad que como conductora me sentía como pez en el agua, pero admito que hablar en las redes sociales me ha costado un poco porque es otro formato. Confieso que no estaba preparada para la era digital. Y me encanta haberlo retomado desde mi encierro porque es la respuesta a un impulso largamente postergado”, dice. “Fue estupendo reflexionar con Ísola sobre el teatro, escuchar a Salvador del Solar hablar de soledades, creatividades y de las pequeñas batallas que vamos a tener que librar para reinsertarnos en el mundo. O de su relación austera con la música, excepto esas variaciones de Bach que Yo Yo Ma interpretó en su concierto gratuito por las redes”, dice la actriz.

Será gracias a esa debilidad melómana que se dé maña para insertar fragmentos de Tom Waits en su entrevista con Madueño. O a Nick Cave y PJ Jarvey en la de Ísola. Será también la que le haga susurrar “Roxane” de The Police en inglés mientras Renata Flores reversiona a Sting en quechua. La impulsará a llamar al mismísimo Yo Yo Ma para pedirle autorización y engalanar con su cello la conversa con Del Solar. Y todo mientras locuta cursos para educación secundaria en Radio Nacional, dirige una escuela de actuación y ensaya su papel en “Fantasmas”, obra de teatro de emisión virtual que bajo la dirección de Mariana de Althaus se estrena esta noche.

Amante de la fotografía y reacia al egotismo fútil en las redes sociales —cerró su fan page de Facebook y es imposible verla creando ‘stories’ o viralizando videos por Instagram—, es con un programa sólido como “En construcción” que proyecta su nueva imagen en Internet. “Me cuesta conciliar el sueño por la cantidad de presión que implica enviar videos, modular graves y agudos y dirigir una edición de manera virtual. Pero soy feliz así, soñando con pedacitos de audio y video que vuelan por el espacio sideral como libélulas en un viaje en ayahuasca”, dice. Y entonces su sonrisa se hace tan genuina como su arte.

Puedes ver “En construcción” de Denise Arregui en su .

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