"Espero ser el último presidente del IRTP nombrado a dedo"
Enrique Planas

Tiene más de veinte años haciendo televisión y, salvo Panamericana, ha trabajado en todos los canales de señal abierta locales y en señales internacionales tan prestigiosas como la CNN o la Red O Globo. Pero desde hace una semana, se ha olvidado de los reportes de ráting de la televisión comercial para enfrentar los rigores del funcionario público al ocupar la silla del presidente ejecutivo del (IRTP). Para él, el reto no es administrar el canal del Estado, sino convertirlo en una verdadera televisión pública, algo que, explica, siempre había ansiado. "No se trata de competir con la televisión privada, sino ofrecerle una alternativa al televidente: ofrecer contenidos que no solo se rigen por parámetros comerciales", explica el autor de "Estación final".

Coya confiesa ver con envidia las experiencias de televisión pública en otras realidades, sea la BBC en Inglaterra, la Radio Televisión Española o, más cerca, la Televisión Nacional de Chile. "¡Y en el Perú, un país importante en el contexto latinoamericano, no contamos con ella. Al 7 se lo convirtió en un canal meramente estatal!", afirma.

"Cuando me ofrecieron asumir la presidencia del IRTP, pregunté qué era lo que el gobierno pretendía hacer con él. Si era para continuar el mismo camino, evidentemente no hubiera asumido el reto. Pero cuando vi que la decisión del presidente Pedro Pablo Kuczynski y del primer ministro Zavala era hacer un canal público, con el que todos los peruanos se sintieran identificados, acepté. Ellos tienen claro que el canal 7 no debe ser en ningún caso un instrumento de propaganda del gobierno de turno", enfatiza Coya.

Un tema clave en la televisión pública es su contacto con la sociedad civil y su participación en la dirección del canal. ¿Habrá mecanismos para ese diálogo?
Absolutamente. Yo espero sinceramente ser el último presidente del IRTP designado a dedo. Mi idea es presentar un proyecto que, espero, tenga la acogida del Poder Ejecutivo y del Congreso para modificar la forma en que se designa a los miembros del consejo directivo del IRTP, para que estén representados diferentes sectores de la sociedad. Así evitaríamos que el canal cambie su consejo directivo cada cinco años dependiendo del partido que gane las elecciones. Eso permitiría que el Instituto de Radio y Televisión del Perú no trabaje según los vaivenes políticos, sino en función de la teleaudiencia y la población. Ese es uno de los retos que he asumido al aceptar el cargo.


Frente al control maestro, Hugo Coya dice contar con el apoyo del presidente Kuczynski para fortalecer el carácter público del canal más antiguo del país. (Foto: Hugo Pérez/ El Comercio)

Frente al control maestro, Hugo Coya dice contar con el apoyo del presidente Kuczynski para fortalecer el carácter público del canal más antiguo del país. (Foto: Hugo Pérez/ El Comercio)

¿Cuál crees que debe ser el carácter de la televisión pública? ¿Es complementaria a la televisión comercial?
La televisión pública no compite con la privada. Tiene otro rol: ofrecerle a la gente contenidos que no necesariamente están en función a los índices de audiencia o de los intereses comerciales. Por ejemplo: uno de los proyectos que estoy elaborando es producir un noticiero en quechua, que atienda a los cuatro millones de personas que lo hablan en este país y no tienen en la televisión un espacio para informarse. Comenzaremos en Radio Nacional y, dependiendo de cómo vaya evolucionando, la idea es llevar el noticiero a la televisión. Sé que hay mucho trauma al respecto, recuerdos de la época del gobierno militar cuando nos quisieron imponer el "Tawa Canal Limamanta Pacha”, pero creo que debemos ofrecer ese tipo de contenidos. Deseo también tener un programa de literatura, donde los escritores tengan un espacio, no solo para mostrar el libro que publicaron, sino para que se haga crítica literaria y se abra un debate sobre las nuevas tendencias. También quiero hacer un programa dedicado a la tercera edad, no un consultorio médico, sino un programa que muestre la enriquecedora experiencia propia de las personas mayores, llenas de actividad. La idea es dar espacio a aquellos que no lo tienen en la televisión comercial.

En tu diagnóstico, ¿cómo ves la programación del canal 7 en los últimos años?
Recién tengo una semana en el cargo, estoy tratando de informarme, de conocerlo en profundidad. Yo trabajé aquí en producción de prensa entre el 2001 y 2002, cuando el instituto era otra cosa. Hoy se ha modificado, ha crecido de una forma sorprendente. ¡Tiene 1.366 empleados! No es mi intención decir que todo lo que se hizo antes estaba mal, pues se hicieron muchísimas cosas bien. Pero creo que, con mi experiencia, puedo aportar algunas cosas que no solucionó la anterior administración.

¿Veías canal 7?
Sí. Algunos programas, por interés de periodista. Pero no necesariamente con los ojos críticos para mejorarlo. Creo que algo en lo que deberíamos pensar es en el público. No solo debemos dejarnos guiar por nuestros gustos personales, sino que tenemos que reflexionar si lo que hacemos está en sintonía con el público al que queremos llegar. Para sorpresa mía, he encontrado algunos programas dirigidos al público masivo, pero que tienen más bien una marcada audiencia en sectores A-B. No es que la audiencia me quite el sueño, todo lo contrario, este canal no trabaja sobre las cifras de ráting. Lo que quiero es trabajar para que su producción se luzca mejor. El canal 7 tiene una imagen limpia y un equipo de gente muy talentosa.

El canal 7 ha tenido diferentes mudanzas en el organigrama del Estado. Estuvo en el Ministerio de Educación, luego en la PCM, ahora pasa a Cultura. ¿Qué ventajas ves a integrar el Mincul?
El hecho de pasar al sector Cultura disminuye el sesgo político que tenía al estar en la PCM. Definitivamente será la cultura la que gane, estoy convencido de eso. Tanto el presidente del Consejo de Ministros como el ministro de Cultura están totalmente de acuerdo en que el canal 7 tenga autonomía en su gestión para que se trabaje profesionalmente.

Pero al IRTP le corresponderá ser un brazo instrumental para las políticas del Ministerio de Cultura.
No solo del Ministerio de Cultura. También campañas de otros organismos del Estado e instituciones de la sociedad civil, colegios profesionales o grupos organizados. Todos son bienvenidos. Lo que te puedo decir es que el canal no se convertirá en un apéndice de una dependencia pública.

¿Habrá cambios en los contenidos del canal?
Sí, pero no quisiera adelantarme. Estamos haciendo una evaluación general. El otro día conversaba con Marco Aurelio Denegri y él se quejaba, con toda razón, de que no sabía a qué hora salía su programa. Eso no debería ocurrir. Estamos evaluando cuáles son los horarios más adecuados. Por la tarde, por ejemplo, estamos pensando incrementar los contenidos para niños, que nos está dando muy buenos resultados a partir de la experiencia del canal IPe.

¿Hablando de ese canal, no fue precipitado su lanzamiento a pocos días del final del gobierno anterior?
Sinceramente yo hubiera esperado un poco su lanzamiento. Era demasiado cerca al cambio de gobierno. Los plazos en los que se trabajó el canal IPe fueron demasiado cortos, y eso ha creado algunos trastornos.

¿Como cuáles?
No estábamos completamente listos. Nos faltan programas, tenemos un problema de presupuesto. Otro problema es que IPe no tenía una frecuencia asignada fuera de la televisión digital terrestre, y ha asumido la señal de alta definición en Movistar que le correspondía al canal 7 (la 707). Eso ha provocado críticas y quejas de nuestros televidentes. Ya hemos iniciado las conversaciones con Telefónica para que se le asigne una señal adecuada a IPe.

Se habla de la creación de un canal cultural. ¿Cuál sería esa nueva frecuencia?
Tenemos en este momento cuatro frecuencias: 7.1 (el canal generalista), 7.2 (alta definición), 7.3 (noticias) y 7.4 (dirigido a niños y jóvenes). La idea es crear una frecuencia más, la 7.5, que será nuestro canal dedicado exclusivamente a la cultura, utilizando la frecuencia del canal 40 en señal abierta. Pero a diferencia de lo que se hizo con el canal IPe, lo trabajaremos bien. Y para ello vamos a tomarnos todo el tiempo necesario.

¿Cuál es tu balance de la gestión de tu antecesora, María Luisa Málaga?
Creo que María Luisa ha hecho una gran labor. Le reconozco muchísimo trabajo. Se ha esforzado mucho por el instituto a lo largo de una gestión de ocho años. Ha logrado construir una institución sólida y amplia. Tecnológicamente ha crecido mucho. No tengo más que elogios para su trabajo. No he recibido ningún elemento cuestionable de su trabajo, todo lo contrario. Pero en todo cargo debe haber una renovación.

¿La celebración del bicentenario los obligará a producir programas específicos?
Definitivamente. Desde el próximo año estaremos produciendo una serie de programas especiales, dedicados no solo a la fecha del 2021, sino a los hechos históricos anteriores que desencadenaron nuestra independencia. Estamos pensando también en posibilidades de coproducción. Hemos hablado con productoras internacionales cuyo nombre no puedo revelar porque aún no cerramos el acuerdo. Pero una gran productora europea se ha mostrado muy interesada en un proyecto con miras al bicentenario. También vamos a fortalecer la cobertura deportiva, ya que tenemos cerca los Juegos Panamericanos. Es natural que nosotros seamos el brazo televisivo del gobierno para su transmisión, por lo que tendremos que conversar con el IPD y el Comité Olímpico Peruano. Asimismo, uno de los proyectos en los que voy a trabajar intensamente es que la señal internacional de canal 7 llegue a todas partes, garantizar su presencia en todos los continentes. En este momento eso está muy limitado.

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