CARLOS BATALLA

Guillermo Rossini está a pocos meses de cumplir 20 años en Los chistosos de RPP. Cuando se trata de humor político, él es una voz autorizada. ¿Qué piensa de nuestros actuales congresistas? Aquí lo cuenta todo. A su modo.

Don Guillermo recuerda que de joven escuchaba voces en la radio, en el cine y las imitaba. Un día fue a radio Victoria en el teatro La Cabaña y Augusto Ferrando lo escuchó narrar una carrera de caballos. De inmediato le pidió que hiciera otras voces y le soltó la de Pablo de Madalengoitia. Por esa época ya imitaba a políticos como el presidente Manuel Prado y su ministro Pedro Beltrán

Su humor es fino y sarcástico Es que acá en la radio damos duro a los políticos. Y muchas veces nos adelantamos a los noticieros de la noche, como en el caso de Humala, que se quedó en París, pero para nosotros, ¡se fue a hacer sus compras!

Es una opinión sobre los hechos. Sí, es mi opinión, pero yo creo que es también la opinión general, que no es la del gobierno.

¿Quién ha sido el presidente más picón con las imitaciones? El cholo Toledo. Incluso en un programa que teníamos en un canal de televisión, con 15 o 16 puntos de sintonía, nos sacaron del aire por él. Nos decían que dejáramos de imitarlo, que no lo fastidiáramos.

¿Qué piensa de él hoy? Que con todas esas pruebas en su contra ya no puede seguir mintiendo. Pero lo más probable es que el Congreso lo apoye. Nosotros hemos atacado también al congresista Michael Urtecho, quien sin moverse ha hecho tantas cosas, ¡qué tal si se moviera! [risas].

Los congresistas dan trabajo a los humoristas Ellos son los mejores libretistas de humor. Todo esto ha ido degenerando, con el 90% de rechazo ya nadie quiere verlos. Al congresista Anaya o ‘Comepollo’ por 10 mil soles le cayeron cinco años de prisión y a Urtecho, que ha hecho más cosas, ¿cuántos años le darán?

¿Qué piensa de la política? La política es cochina. Antes había señores parlamentarios, con una Cámara de Diputados y otra de Senadores, con gente sabia. Hoy el que pone más plata se ubica mejor en la lista al Congreso.

¿A los políticos les gusta que los imiten? Sí, les gusta. Hernán Vidaurre imita con mucho humor al presidente del Congreso, Fredy Otárola, y este lo ha invitado a comer a su restaurante de cuyes, que tiene creo en San Martín de Porres. Muchos de ellos ven la imitación como una promoción. Cuando empecé a imitar al ex ministro Grados Bertorini (la tripartita) y después al ex alcalde de Lima, Alfonso Barrantes (el Vaso de Leche), terminé como amigo de ellos; me visitaban en mi casa y me agradecían.

¿El humorismo busca que nos riamos de nosotros mismos? Nosotros nos reímos de los problemas ajenos.

¿Hay personajes que no pueden imitarse? Personalmente, por su timbre de voz nunca he podido imitar a Humberto Martínez Morosini. Hay otros que simplemente no se prestan porque no tienen una voz característica de la cual asirse.

Hay personajes polémicos como Manuel Burga, el presidente de la FPF, que no son muy imitados. Creo que el 100% de la gente no lo quiere. Es un tipo con una voz difícil de imitar. Y no opina con frecuencia, no da muchas entrevistas, a pesar de que está atornillado en el cargo.

¿Alguna vez alguien lo enjuició? No, nunca. Siempre me he cuidado de no exagerar ni ofender.

¿Cuál es el límite? Hay cosas que ya no haría, como parodiar a homosexuales. Es un asunto además muy saturado, repetitivo.

¿El escarnio exagerado puede ser un límite? Claro, todo debe tener un límite… Lo que falta en la televisión, por ejemplo, son mujeres comediantes; antes estaban Alicia Andrade o Esmeralda Checa, ellas sabían improvisar. Ahora convierten a las vedettes en cómicas.

¿Recuerda que alguna vez fue visitador médico? ¡Cómo no!, si lo he sido durante 32 años. Trabajé así paralelamente a mis labores en la radio y la televisión. El laboratorio me daba algunas horas para grabar. Pero yo no buscaba a los médicos, ellos me pedían que fuera. Había clínicas muy serias que no aceptaban esas visitas a determinadas horas de la noche, pero a mí no solo me dejaban entrar sino hasta me celebraban la llegada.

¿Cómo ve el futuro del humor político radial y televisivo? Espero que haya más libretistas, y que se hagan concursos para descubrirlos. Creo que necesitamos ver cosas nuevas.

Don Guillermo, tiene 81 años y su humor no para El humor no muere, siempre quedará por los siglos de los siglos.