Jaime Bayly llegará al Perú en las próximas semanas para presentar su nueva novela La lluvia del tiempo en la XVIII Feria Internacional del Libro de Lima, en la que devela el trasfondo y los enjuagues de un político y un dueño de un canal de televisión corruptos.

Se trata de un libro divertido, ácido y con un humor negro que por momentos cede a la melancolía y a la sordidez.

Desde Miami, en diálogo con Somos, Bayly adelantó detalles de su nueva aventura literaria, que plantea el conflicto entre la ambición por el poder y la lucha por la verdad.

La lluvia del tiempo tiene tres personajes centrales: el candidato presidencial que niega a su hija (en referencia al caso Alejandro Toledo-Zaraí), el dueño de un canal de televisión que apoya al candidato (sobre Genaro Delgado Párker) y el periodista estrella del canal (Jaime Bayly) que no sabe si ser leal a su jefe o si decir la verdad.

Bayly reconoce que eligió como personajes a figuras públicas, sin embargo aclara que su publicación es una historia fabulada, inventada y que gran parte de lo que cuenta en la novela no ocurrió en la realidad.

En la vida real, cuando defendí a Zaraí y a su madre el año 2001 en la televisión, hacía ya unos años que había dejado de trabajar con Genaro. Quien era dueño del canal en el que yo trabajaba cuando estalló el escándalo era Baruch Ivcher. Por entonces Ivcher apoyaba sin reservas a Toledo y se opuso a que yo tomara partido por Zaraí y su madre. Pero Ivcher no me parecía un personaje tan rico desde el punto de vista literario como Genaro. Yo trabajé con Genaro en los 80, él me puso en la televisión, me dio mi primer programa, me cambió la vida, y ya entonces me parecía un gran personaje literario, comentó el escritor sobre el tema de su novela.

Por otro lado, el escritor que plantea volver a hacer TV en el Perú manifestó que ha retomado la comunicación con sus dos hijas mayores, que viven en Lima, y de quienes estuvo distanciado.

Hemos retomado la comunicación, están estudiando en muy buenas universidades y suelo complacerlas en lo que me piden porque es lo que me dicta el corazón, concluyó.