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Jesús Alzamora: "La gente nota quién finge y quién no en TV" - 1
Renzo Giner Vásquez

Abogado, mago y escritor fueron algunas de las profesiones que exploró Jesús antes de convertirse en el conductor de TV que hoy todos conocemos. “Mientras iba creciendo me iba dando cuenta de que lo que hacía no me llenaba. Pero no quería dejar de terminar las cosas. Sobre todo la carrera de derecho”, nos explica.

En la televisión siempre te veo con una sonrisa. ¿Qué tengo que hacer para que te enfades?
Es algo muy curioso. Primero debo agradecerle a mi dentista porque a los 15 años tenía unas muelas terribles. No es que no me moleste, en realidad tengo un carácter bastante fuerte. La gente cree que estoy siempre contento, y sí lo estoy cuando hago lo que me gusta: conducir en TV, hacer magia, trabajar. Pero también soy un renegón. Reniego cuando suenan las alarmas, con la falta de civismo, cuando los taxistas paran donde quieren. Como le digo a mi novia, soy un renegón terapéutico, no lo hago deseándole el mal a nadie.

Se habla poco de tu faceta como abogado. ¿El estudio de tu padre fue lo que te llevó a estudiar derecho?
Él me convenció-presionó directamente [risas]. Pero lo entiendo, él salió adelante solo y desde muy pequeño. Lo admiro mucho. Mi papá quería que yo continúe ese legado, era su sueño. Pero cuando tenía 18 o 19 años me di cuenta de que estaba estudiando algo que no me hacía feliz a mí, sino a él. Tuve que decidir entre su felicidad y la mía, y creo que tomé la decisión correcta porque mi felicidad se terminó convirtiendo en la suya. El mayor éxito de mi vida fue ese: haber logrado que mi padre cambie sus ideas y se sienta orgulloso de su hijo artista a pesar de haber dejado su sueño en un inicio. Igual soy abogado, nunca dejaré de serlo, pero hago las cosas que me gustan y la abogacía está un poco dormida.

Una de las cosas que te gustan es escribir, y tu primer libro habla del box y el amor, ¿cómo se mezclan?
De pequeño pensaba que en el box había dos locos peleándose. Cuando fui creciendo empecé a ver un lado literario, un tipo parado en un ring y tomando golpes puede hacer que su familia crezca social y económicamente. Me centré en que mi personaje fuese alguien decente, así que le di vueltas a muchas biografías de Muhammad Ali, Rocky Marciano, Jake LaMotta y Sugar Ray Robinson. En todas había momentos de vicios y excesos, así que me centré en un personaje que iba al ring como quien va a la oficina.

Tienes una anécdota que relaciona a ese libro y tu época en el bufete...
Sí [risas]. Me destacaron a una empresa que es una funeraria. Comprenderás que son bastante reservados, pero la única manera que tenía como novelista novato de describir el golpe de un cruzado a la mandíbula de un boxeador era haciéndolo. Así que ahí estaba yo, en mi pequeño cubículo de practicante, boxeando para escribir, y la gente me miraba como si estuviera loco [risas]

Al inicio mencionaste a tu novia [María Paz Gonzales Vigil], ¿cómo la conquistaste?
La vi en el programa “Habacilar” de Raúl Romero, y me pareció la chica más linda del Perú. Un par de años después la conocí en “Polizontes”. Apunté mi número en su celular sin que se diera cuenta, y gracias a ese momento iluminado me llamó pensando que era uno de los clientes de su empresa. Ahí ataqué [risas]. Me choteó la primera vez, la segunda aceptó y no la solté más. He tratado de ser siempre decidido, pero con María Paz mucho más.


Jesús Alzamora y su novia, la modelo María Paz González Vigil. (Foto: El Comercio)

Jesús Alzamora y su novia, la modelo María Paz González Vigil. (Foto: El Comercio)

¿Esa seguridad se la debes a la magia?
Sí. A los 15 años tuve una relación un poco tormentosa y me di cuenta de que en esta vida –y sobre todo en esta sociedad– al hombre seguro le va bien. Como una vez leí a mi amigo Aldo Miyashiro: “Hombre inseguro no conquista mujer bonita”

¿Te ayudó a llegar a la televisión también?
Sin duda. La magia es como un superpoder que puedes cargar por todos lados y es muy potente.

¿Tienes alguna cábala antes de salir al set?
Siempre he sido muy metódico. Cuando salgo a jugar fútbol me encanta la parte del camerino. En la TV me pasa lo mismo, he cambiado las canilleras por el maquillaje... que no es algo muy masculino [risas].

¿Y cuando ves a la cámara, quién crees que está al otro lado?
Me imagino a una familia siempre, de lo más común, una familia promedio. Así me puedo dirigir a un chico, una chica, el adulto, el abuelo. Estar parado frente a una cámara con un micro requiere de bastante coraje. El éxito de un conductor está en la autenticidad que pueda sentir el público, la cámara es un filtro de cómo te percibe la gente. Y es muy inteligente, la gente se da cuenta de quién finge y quién no. Ahora con el full HD te ven hasta el grano. Muchos me dicen: “Jesús, tienes arrugas, ya no eres un ‘pulpín’”. Me da risa porque nunca me autodenominé así, tengo 30, puedo ser un padre joven.

En la campaña hubo una polémica entre actores de “Al fondo hay sitio” por sus opiniones políticas...
Los actores estamos sujetos a que nuestra opinión polarice. Siento una gran intolerancia por todos lados, la etapa electoral exacerba eso. Todos quieren tener el tuit campeón. Soy amigo de los tres involucrados y creo que todas las personas tienen derecho a expresar su opinión y a que se les respete.

Jesús Alzamora cuando era parte de

LA FICHA
Estudié en el colegio José Olaya, ahí me inspiré para escribir “Pelota de recreo”, mi segundo libro. El primero fue “Carne de presidio”. Soy coconductor de “Los reyes del playback”. Mi mayor virtud es el coraje; mi peor defecto, el egoísmo.

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