Laura Bozzo fue entrevistada para Somos.
Fernando Vivas

No la busqué, ella me retó y hasta dijo en 'Amor, Amor, Amor' que yo la rajaba porque en el fondo moría por meterme en sus zapatitos fichos y en su casaquita dorada. Luego hablamos por teléfono y me ofreció disculpas, pero le dije que eran innecesarias, que mejor las trasladara a la comunidad trans, donde tiene muchos fans (¿Será que ven en ella un portento de transformación y de chillona provocación?). Y acordamos hacer una entrevista para resumir tantas temporadas que me la pasé criticando su programa por oficio periodístico, que son más o menos las mismas que ella ha pasado lamentando haberse enredado con Vladimiro Montesinos en una trama que dirá haber ignorado del todo y acá insistiremos en que tendría que haberlo sabido. ¿Podremos ponernos de acuerdo?

Lo que te pasó en el programa hizo recordar lo que una vez pasó con Ferrando. Pero no esperabas un homenaje, ¿no?
Yo jamás voy a esperar un homenaje ni acá ni en México ni en ningún lado, porque sé que soy controvertida; sabía que era un debate.

Hablaste de Ferrando. ¿Cuál es tu parentesco?
Las familias en el Perú son complicaditas. La mamá de Ferrando, Chirichigno, hermana de la mamá de mi papá, se casó con un moreno, con lo cual le pusieron la cruz. Sabes cómo era antes, no la vimos más ni sabía que era familiar de mi papá porque eso se ocultaba.

Tú entraste a otra TV, tu estilo es agresivo, no paternalista.
Lo único que tiene Augusto Ferrando en común conmigo es que vamos a la masa.

¿Por qué no sincerarse y decir ‘busco la verdad porque es lo más dramático, pero muchos actúan’? El público lo sabe.
Yo no digo ‘todos mis casos son verdaderos’. En la época de Perú no manejaba la producción. Ahora, en México, sí lo hago. He descubierto casos donde me traen amantes de más, pero en esencia todo es real. Estoy orgullosa de Laura en acción, yendo al lugar de los hechos. Ahí nadie te puede mentir.

La TV te llevó al poder de manera atropellada. José Francisco Crousillat te presentó a Montesinos.
Terminé de hacer un programa y me pasó a buscar. Pensé que íbamos a ir al Costa Verde con Guillermo Guille, pero me dice ‘es una sorpresa’. Me imaginé que me iba a presentar al presidente y, cuando subía las escaleras del SIN, me presentó a Montesinos y me quedé sorprendida. Empezó a hablar de la lucha contra el terrorismo, de la embajada de Japón, me parecía fascinante.

¿La idea de hacer especiales periodísticos de dónde salió?
Nicolás Lúcar abandonó La revista dominical y José Francisco me pidió hacer esos especiales. Te puedo jurar por la vida de mis hijas que nunca me reuní en el SIN para ver esos temas. Me daban la información. Yo tenía
programas todos los días. No tenía tiempo.

Te podías prestar a las manipulaciones de Montesinos.
Yo pensaba que había un ensañamiento y, además, veía los reportajes, Colombia estaba al borde del abismo [tema de uno de los especiales].

Lea el resto de la entrevista este sábado en la revista Somos.

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