Gisela Valcárcel, una de las figuras más emblemáticas de la televisión peruana, celebrará este sábado 50 años de vida, la mitad de los cuales ha dedicado a su trabajo en la pantalla chica. Durante este tiempo, la rubia no solo ha entregado más de una decena de programas, también se ha dedicado a la búsqueda de nuevos talentos, muchos de los cuales ahora son figuras muy populares del medio local.

DE LA MANO DE LA REINA Entre finales de los ochenta e inicios de los noventa, Gisela Valcárcel le daría su primera oportunidad en televisión a personas como Lucho Cáceres y Eva Álvarez, quienes fueron sus modelos y luego iniciaron carreras independientes; aunque esta última hace mucho que se alejó por completo de los medios.

Otra ex modelo de Gisela que se hizo de gran fama fue Karina Rivera, que tras su paso por Gisela en América llegó a conducir el programa infantil más sintonizado de los noventa: Karina y Timoteo. Así también el modelo israelí Arnie Hussid hizo carrera en la televisión peruana y mantuvo su amistad con Valcárcel. Incluso ella ha contado que lo invitaba a pasar la Navidad en su casa cada vez que podía.

LOS MÁS CERCANOS Pero probablemente sea Christian Thorsen uno de los más ligados a Gisela. El ahora integrante de Al fondo hay sitio fue uno de los modelos más mediáticos de la rubia, sobre todo porque esta contó que lo descubrió cuando vendía sánguches en la puerta del canal, y le tomó mucho tiempo librarse de esa sombra.

Similar ha sido el proceso de Christian Rivero, quien en el año 2000 se inició como pareja de conducción de Gisela Valcárcel en el programa Aló Gisela, para luego continuar con ella en La casa de Gisela y Gisela.

Él también estuvo con ella en El gran show y se retiró para empezar una carrera independiente en programas como La ruleta de la suerte, Perú tiene talento y Rojo, fama contrafama.

DEVUELTOS A LA PALESTRA Pero Gisela Valcárcel no solo ha descubierto talentos, también ha ayudado a renovar carreras opacadas por el tiempo y a dar un espacio más mediático a figuras no tan masivas, como en el caso de las bailarinas Morella Petrozzi y Pachi Valle Riestra.

Con sus programas de baile, Gisela Valcárcel también encontró a nuevos aliados en la producción, como Ricardo Morán, quien se encargó del programa El otro show para luego continuar en Yo soy, que lo hizo muy mediático en el año 2012.

Pero los participantes de espacios como El gran show y Bailando por un sueño son los que más cambios sintieron. Raúl Zuazo, por ejemplo, tenía una carrera en el teatro, pero no era muy popular. Con su talento para el baile, el actor se ganó rápidamente el cariño del público y, tras ganar el primer lugar del concurso, se integró a series como La bodeguita, Solamente milagros y Guerreros de Arena.

Así también, Jesús Neyra, quien solía ser siempre relacionado al trabajo de su hermana Gianella, logró hacerse de un nombre propio tras su paso por el programa y demostrar unas desconocidas habilidades para el baile que luego lo llevarían a musicales como Hairspray.

Finalmente, el propio Marco Zunino le ha agradecido en varias ocasiones a Gisela el haberlo invitado a participar de El gran show, donde ejercitó sus dotes para la danza, las mismas que luego le ayudaron a llegar a Broadway en el musical Chicago. Todos ahijados de Gisela, la madrina de la televisión peruana.