El actor James Gandolfini dijo adiós de forma inesperada- en la Italia de sus padres, país en el que tenía también sus raíces su icónico Tony Soprano, mafioso televisivo de Los Soprano al que interpretó hasta el hartazgo y le encumbró a una fama que nunca buscó.

Gandolfini tenía 51 años, una mujer y dos hijos, una vida acomodada y proyectos en su cartera, pero su corazón dijo basta en Roma, un final brusco e impredecible como la serie que protagonizó y en la que dejó grandes frases que aquí recordamos:

¿Que estoy detenido? De acuerdo. La última vez tardé tan poco en salir que mi sopa todavía estaba caliente cuando llegué a casa

Me da igual que me tengan miedo. ¡Dirijo un negocio, no un puto concurso de popularidad!

Si puedes citar las reglas, entonces puedes cumplirlas

No se caga donde se come. Y mucho menos se caga donde como yo

No pagaré, sé demasiado sobre extorsión

No esperes felicidad. Tus amigos te traicionarán y nadie recordará tu nombre. Morirás en tus propios brazos

Es como una pirámide, desde tiempos inmemoriales, la mierda baja y el dinero sube, es así de simple

La vida no tiene cura