La primera vez que vio desfilar en la televisión a un grupo de mujeres hermosas, tenía apenas ocho años. Deslumbrada por la brillante corona, la sedosa capa y el ‘glamour’ del escenario que acogía a las reinas de belleza, esta tímida niña de cabellos cortos y anteojos se imaginaba en la piel de la Miss Perú de turno. Nadie hubiera sospechado por entonces que en menos de una década, en 1978, Olga Zumarán se convertiría en la ganadora del disputado certamen.