Lizzy Cantú: un rayo pudiente contra el cielo gris
Lizzy Cantú: un rayo pudiente contra el cielo gris
Lizzy Cantú

Hay semanas que pareciera que este cielo gris está más ‘abajo’ de lo normal. Como si la ciudad fuera una casa sucia, dentro de la que nos movemos y donde estamos todo el tiempo a punto de chocarnos con el techo. Será una gripe de fin de semana, será el desgaste de la primera mitad del año, será el clima de los primeros pasos ‘de verdad’ de un invierno que apenas se anima a comenzar. Lo cierto es que en estos días plomos y apachurrados buscamos por todos lados algún remedio para empezar pronto a sentirnos mejor. Y tal vez buscamos demasiado, en demasiados sitios, divagamos en una suerte de bruma confusa e inquieta. Hace poco leí que un estudio de Harvard del 2010 asegura que pasamos el 47% de nuestra vida distraídos, con la mente ‘en otra cosa’. Somos como zombis funcionales y bien vestidos. ¿Qué hacer con tanta pesadez? Hay  distintos modos de lidiar con lo que nos duele, nos fastidia, nos agobia. Existen los remedios superficiales: vestirse, por ejemplo, de colores que nos alegren como los muy peruanos blanco y rojo (te invitamos a nuestra guía de compras de la página 6). O tal vez nos provoca pasar un par de días en casa sin ducharnos siquiera (inténtalo bajo tu propio riesgo y luego nos cuentas si te ha quedado el pelo más bonito, como sugiere la nota de la p. 26). Puede ser que te provoque tomarte una festiva copa de cava (nosotras entrevistamos a la heredera de una famosa bodega en la p. 30) o rociar tu almohada con esencia de lavanda para relajarte (más sobre la aromaterapia en la p. 8). Es posible que lo tuyo no se arregle tan fácil. Tal vez necesites un ‘rayo pudiente’, que con un flash y en un abrir y cerrar de ojos mejore tu situación. Esta semana, Denisse Dibós nos cuenta que a veces lo que hace falta es decir una lisura para sacar la frustración y luego seguir trabajando duro en lo que uno cree. Y si lo que necesitas es creer un poquito más en ti misma, quererte más, anda a la p. 29. Sobrevivir –al clima, el mal humor, la enfermedad– es un asunto de suerte, talento, trabajo y actitud. Nos lo cuenta una persona que pasó más de veinte años con un tubo en la tráquea y hoy tiene ganas de compartir con otros su estrategia para enfrentar el desafío de una enfermedad crónica e incurable (p. 25). Que la fuerza te acompañe esta semana. Está en ti.

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