Natalia Parodi: "Ni una más"
Natalia Parodi: "Ni una más"

En medio del caos electoral, una congresista causa revuelo al declarar que después de una violación la solución para no embarazarse es simple: las mujeres pueden recurrir a un lavado vaginal y por tanto no sería necesario abortar. 

Las reacciones, casi todas pertinentes, no se hicieron esperar: los especialistas publicaron desmentidos de que el lavado vaginal sea un contraceptivo efectivo en caso de abuso sexual. Mujeres y hombres mostraron su indignación en redes sociales. Incluso aparecieron memes ridiculizantes contra la congresista. La afirmación no solo era absurda, irresponsable y desinformada, sino sobre todo desconcertante por la poca empatía y solidaridad femenina que demostraba.

Nadie dice que sea fácil ponerse en el lugar del otro, pero tienes que tratar más. Imagínate que te ocurriera a ti. Espantosa y cruel imagen que no le deseamos a nadie y por eso mismo es importante ponerte en los zapatos de esas mujeres a las que quieres aconsejar. El asunto es tan delicado que merece investigarse y conocerse a profundidad antes de emitir un comentario a la ligera.

No es cuestión de suponer ni de especular. Tienes que hacer tu tarea. Tienes que informarte bien. Tienes que visualizar a las víctimas, acercarte a ellas y a los expertos que trabajan con ellas para conocer mejor su realidad. Si vas a discutir y a legislar sobre la vida de los demás es necesario acercarte, conocer, enterarte, y pensar que realmente podría tratarse de ti, de tu hermana, de tu prima o de tu hija.

¿No sabes acaso que hay niñas de 11 años e incluso menores que salen embarazadas por abusos sistemáticos en sus hogares? Recuerda que la palabra violación implica violencia, y eso no significa solo un forcejeo o una cachetada. Significa sometimiento, amenazas, golpes, terror y sufrimiento. Algunas de estas niñas tampoco están enteradas del lavado vaginal porque el sexo ni siquiera es algo que les corresponde conocer. ¿Sabes que también hay violaciones que ocurren en grupo y que dejan a la víctima inconsciente y en el hospital por días, cuando no mueren? Así como estos ejemplos, hay miles de historias que, si las conocieras, no se te hubiera ocurrido decir una barbaridad como esa. 

Aclaremos además algo fundamental, que pareces no haber calibrado en su real dimensión: una violación no es una relación sexual. No es un encuentro del cual te paras y te vas a tu casa a bañar y bueno pues, de paso hacerte un lavado vaginal. Una violación es una lucha traumática, con uñas y dientes, donde a golpes se somete a las mujeres a tener sexo y donde todo, a cada minuto, es a la fuerza, entre gritos, sangre y lágrimas. ¿Realmente te imaginas salir de ahí y tener la entereza emocional y física para ir a hacerte un lavado vaginal?

Finalmente, el lavado vaginal elimina las pruebas que pudieran quedar del abuso, anulando así la posibilidad de que las autoridades recojan la evidencia necesaria para que la denuncia prospere. Posible escenario: ella igual sale embarazada y él queda libre por falta de pruebas.

Es preocupante el nivel de insensibilidad e ignorancia con el que como sociedad nos ocupamos de este tema. Y la actitud de esta congresista es alarmante no solo por la indiferencia que trasluce, sino porque muchos comparten la misma actitud. 

Por suerte las críticas hacia sus palabras estallaron. Hay esperanza. Cualquier víctima de abuso debe ser defendida con furia, lucidez, solidaridad y justicia. Basta de tanta ceguera. Ni una más.

 

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