Natalia Parodi: "Mi pareja no quiere hijos"
Natalia Parodi: "Mi pareja no quiere hijos"

Él no quiere tener hijos porque ya tiene, porque no le apetece todavía o porque no le interesa ser padre. Ella no tiene ninguno. Él tiene toda la vida para cambiar de opinión. A ella se le acaba la vida fértil. ¿Situación difícil o imposible?

Leí hace tiempo un artículo que ponía sobre la mesa este tema. Postulaba la disyuntiva, triste pero acertada, donde algunas mujeres no podrán tener al mismo tiempo amor y maternidad, sino que se verán obligadas a elegir.

Este es el tipo de temas que más me generan preguntas que respuestas. Mi primer impulso -producto de una especie de solidarizada desesperación- es pensar que hay que elegir al hijo. Que ya que la maternidad biológica tiene fecha de caducidad –y que el tiempo perdido nadie te lo devuelve–, la dura elección tendría que ser la maternidad aunque implique renunciar a ese amor. En buena cuenta, ser madre es un tren que se podría perder. Pero para el amor no hay edad, siempre te puedes volver a enamorar.

Sin embargo puesto así parece que hubiera una víctima y un victimario. Entonces  me detengo y dudo: ¿Es acaso tan simple? Para ambos es una coyuntura compleja y dolorosa. Ella tiene todo el derecho de tener hijos. Pero es válido que él no los quiera tener. ¿Acaso el deseo de uno es más importante que el del otro?

La cuestión es poner el tema sobre la mesa y cuándo hacerlo. Este tipo de conversaciones se suelen postergar por miedo a que acaben mal. Pero tarde o temprano suceden. Y será una conversación difícil (o varias) pero inevitable.

Para una mujer es aterrador y triste pensar que puede encontrarse en esta situación. Sin embargo, le sucede a varias; las hemos visto, las conocemos, las queremos y deseamos lo mejor para ellas. Están enamoradas y lo que suelen pensar es que tal vez deban comprender a su pareja. Puede que él necesite tiempo y sea cuestión de esperar a que la relación se fortalezca hasta que él se sienta listo y contento con la idea de formar una familia.

Pero cuando nada lo hace ceder, ella se encuentra entre la espada y la pared. Y yo siento que él no es consciente de que para ella se trata de una renuncia irreversible. Porque ella siente que dejarlo ir le dolería más y es realmente posible que ella renuncie a la maternidad por él. 

Por supuesto, no todo es blanco o negro. Hay grises en el camino. Quizá él en fondo sea más flexible y quizá a ella no le provoque tanto tener hijos. El resultado dependerá de cuán honesto sea cada uno consigo mismo y mutuamente. Y aquí, más que nunca, será importante hablar desde la más honda verdad.

Es comprensible y respetable que algunos hombres se asusten con el tema. Quizá él tiene miedo y puedas explicarle que no quieres presionarlo sino que tu cuerpo te pone un límite. Que si pudieras esperar lo harías, pero que es algo que no puedes controlar. E intentar que él se dé cuenta de que sería más una alegría que un estrés.

En caso de que él decididamente no quiera tener hijos y ser madre no te significa tanto, una vida sin hijos puede funcionar plenamente. Pero si es importante para ti, evita tomar una decisión de la que te podrías arrepentir sin remedio. 

Nadie puede juzgar las relaciones ni las decisiones de los demás. Yo no sé cuál es el mejor consejo. Ojalá cada una logre tratarse con el mayor cariño del mundo, que reciban lo mismo de sus parejas, y que se permitan elegir lo que las llene y las haga felices desde el amor, y no desde la prisa ni el miedo.

 

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