Verónica Linares: "Persona y personaje"

No soy muy aficionada al shopping, porque sufro tener que sacarme y ponerme la ropa varias veces, con mayor razón si estoy buscando un pantalón. Además me cansa caminar por horas hasta encontrar lo que me queda y me gusta. Tal vez dos o tres veces al año hago compras y trato de demorar apenas una hora. 

Pero mi trabajo me obliga a ir a una tienda de ropa cada semana a elegir lo que usaré en la televisión para luego devolverlo. Siempre me dirijo de frente a las prendas de colores sólidos. Y si me animo por algún vestido o blusa con diseños, trato de combinarlo con un saco negro, azul o blanco. Odio los trajes recargados, salvo raras excepciones. Además, la televisión engorda unos kilos y creo que si visto con estampados podría parecer una rechoncha narradora de noticias. 

Por eso, cuando vi a Sarah Jessica Parker lucir ‘prints’ de plantas y flores en todas sus presentaciones en Lima me sentí fuera de moda. Sus combinaciones ni siquiera parecían pertenecer al mismo conjunto, sino tratarse de prendas elegidas al azar. ¿Es esta la nueva tendencia de moda en el mundo? Si es así, estoy más perdida que huevo frito montado en un cebiche. Y su look de noche para un coctel me dejó en shock.

Estaba a punto de empezar el programa de cable con dos congresistas. Mi compañero había faltado, así que íbamos a ser tres mujeres discutiendo la coyuntura nacional, cuando el bloque de espectáculos se enlazó en vivo desde la huaca Pucllana, porque la protagonista de “Sex and the City” estaba a punto de hacer su aparición. 

La actriz llevaba una falda larga y blusa de verdes y azules oscuros y en la cabeza una especie de sombrero de flores de colores, en distintos tonos de rosado y fucsia. La reportera casi jadeaba de la emoción por estar al lado de la megaestrella de Hollywood. Yo miraba un tanto desconcertada. 

Con la toma más cerca vimos que lo que la actriz llevaba en el pelo eran unos pompones incaicos que había comprado hacía unas horas en nuestro país. A mi juicio no se veía bien, pero al escuchar a la periodista y a las dos legisladoras invitadas del estudio elogiar el accesorio opté por un discreto silencio. Entiendo que fue como un homenaje a nuestra cultura –de acuerdo– pero ¿de verdad creen que se veía hermoso? ¿No estaba muy recargada? 

Sin proponérselo Sarah Jessica Parker se ha convertido en un referente de la moda para millones de mujeres en el mundo. Todas quieren ser como ella o más bien, quieren parecerse a Carrie Bradshaw, su personaje de “Sex and the City”. 

Carrie es una escritora, amante de la moda y compradora compulsiva de zapatos. Sus columnas en el “New York Star” hablan del amor que no aparece, de una mujer que todo lo puede, de sus incondicionales amigas, del sexo que excita pero no llena vacíos en el corazón. En resumen, habla de nosotras.

No importa lo regia que luzca, lo divertidas que sean sus noches de fiesta y glamour, ni que las revistas se peleen por sus columnas. Lo único que Carrie anhela en realidad es el verdadero amor. Todas somos en alguna forma soñadoras y románticas. Y sufrimos –junto a ella– con sus relaciones fallidas. 

Pero Sarah Jessica Parker –la de la vida real– ya encontró el amor hace años. Es la madre más feliz del mundo cuando habla por horas con sus hijas. Además, aunque una y otra vez se lo preguntaron, dice que no da consejos de moda porque lo que está bien para ella no necesariamente tiene que estar bien para el resto: “Sean quienes quieran ser”, dijo en una de las entrevistas que ofreció en su corta visita. 

También le preguntaron cómo hacía para ser madre, actriz, promocionar su marca y trabajo social. Ella dijo que eso no le parecía nada increíble, porque es lo que eligió para su vida. Sin embargo aseguró que admira a las mujeres que deben tener tres trabajos para mantener a sus hijos y luego llegar a su casa a cuidarlos. Ahora tal vez sí soy fan, no de Carrie sino de Sarah Jesica Parker, la de carne y hueso. Aunque no siempre concuerde con sus elecciones en moda.