BEATRICE VELARDE (Camboya) MARÍA HELANA TORD (Tailandia e Indonesia)
Un viaje al sureste asiático es como conocer un mundo nuevo con países que tienen arraigadas tradiciones y antiguas religiones, que se manifiestan a cada paso. Un viaje a Tailandia, Camboya e Indonesia permite conocer un mundo nuevo no solo en paisajes, geografía y templos sino también en sabores y experiencias culinarias.
Lo que más destacan los turistas que viajan a estos países es, siempre por encima de todo, el trato amable de su gente. A pesar de la gran barrera del idioma de esta exótica parte de Asia, la calidez se manifiesta en todas partes.
Estos destinos ofrecen no solo paradisíacas playas para un viaje ideal en pareja, sino que además tienen una interesante historia y cultura. Esto hace de este viaje una gran experiencia que le puede cambiar la vida.
Empezamos la travesía en Camboya que es, sin duda, uno de los países más interesantes del sureste asiático.
No se puede ir a Camboya sin visitar las ruinas de Angkor Wat. Estos templos son un tesoro que estuvo sepultado durante siglos bajo una densa selva. El complejo abarca una extensión de 200 km², aunque recientes investigaciones hablan de una posible extensión de 3.000 km². Una inmensidad completamente opuesta a la isla del Conejo, una isla casi virgen de apenas dos kilómetros de superficie que tampoco puede dejar de conocer.
ANGKOR, EL ANTIGUO IMPERIO KHMER Más allá de su historia y de los patrones estéticos insuperables del Imperio Khmer, que se expandió por el sureste asiático desde el mar de China hasta el golfo de Bengala, entre los siglos IX y XV, lo impresionante de Angkor es la fusión creada entre vegetación y estructuras líticas. Los árboles abrazan los templos con ferocidad y despliegue, demostrando la pila de años que se debaten en el espacio. Las raíces envuelven algunas construcciones como si fueran caramelos, como al templo de Ta Som. Por sus portales ramificados aparecen camboyanos en bicicleta, niños que vuelven del colegio y la desbordante naturaleza.
KOH TONSYA, LA ISLA DEL CONEJO No muy lejos de la majestuosidad de Angkor, a cinco horas de carretera hacia el golfo de Tailandia, al sureste del país, cerca de la frontera de Vietnam, se encuentra Kep, punto de embarque para llegar a la isla más pequeña, casi virgen y accesible: Koh Tonssay, una especie de paraíso. Es tan pequeña que se camina de punta a punta. Con playas de arena fina y aguas calmas, rodeada de palmeras con hamacas y cómodos búngalos de bambú emplazados a orillas del mar. Se dice que ya existe un grupo hotelero dispuesto a comprarla para construir un ‘resort’, como ya ha sucedido en las playas e islas aledañas. Por ello vale la pena ir pronto. Pero si va y no prueba el cangrejo a la pimienta negra es como no haber ido.
Esta isla se ubica frente a la costa occidental del sur del país, cerca a la frontera vietnamita y más cerca de la ciudad de Kep. De Siem Reap a Kep hay un viaje de son cinco horas. En Kep hay que embarcarse en botes hacia la isla del Conejo, que está a media hora de navegación. Los búngalos a orillas del mar son la única opción de alojamiento y de alimentación. Muy bien atendidos por locales que cocinan delicioso y con diferente sazón de acuerdo al lugar de origen de cada chef.
TAILANDIA PARA DOS Tailandia es todo un mundo en sí. Sus templos, palacios, geografía y hasta sus playas y gastronomía son muy exóticas, propias y singulares. El país impresiona desde que uno pone el pie. Bangkok, su capital y puerta de entrada, ofrece varios destinos imperdibles para conocer su pasado y su cultura viva.
El Palacio Real, el mercado flotante de Ayuthaya, las danzas tailandesas, el Buda de oro, los paseos en elefante por la colina de Doi Sutep en Chiang Mai o visitar el pueblo de las mujeres cuello de jirafa en Maihong son experiencias que parecen de otro mundo y que hacen de un viaje a Tailandia una vivencia mucho más completa y enriquecedora, que complementa el destino de playa.
Si planifica un viaje en pareja a Tailandia, lo ideal es hacerlo con varios meses de antelación para que pueda encontrar cupo en el hotel que prefiera. Si la prioridad de su viaje es disfrutar de las playas es importante seleccionar bien el hotel, porque muchos se encuentran en alejados parajes.
La zona de playa más famosa en Tailandia es definitivamente Phuket. Aquí sus playas de arena blanca con erosiones rocosas forman un particular entorno. En la zona hay mucha vida nocturna, así es que si desea un lugar playero no tan aislado, entonces tómese unos días en Phuket. Las más populares son Bang Tao, Kamala, Patong y Karon. Más al norte está Khao Lak.
Entre Phuket y Krabi está Phi Phi Island. La isla grande (Phi Phi Don) tiene una hotelería rústica pero con todas las comodidades. La otra, Phi Phi Leh, es un parque natural, donde no hay hoteles y es el lugar ideal para bucear. Acá se filmó la película “La Playa”, con Leonardo di Caprio. En la parte sureña, hay grandes ‘resorts’ que ocupan toda una isla y destinos superexclusivos como isla Koyao, a la que se llega en ferry.
Las islas Phi Phi Island y Krabi miran al mar Índigo. Por eso es mejor visitarlas en verano, es decir de noviembre a marzo que es cuando el clima mejora. En cambio las playas del golfo de Tailandia se conocen por su microclima y la mejor época para ir a esta región es entre junio y setiembre. Las recomendadas son Ko Samui, donde hay un aeropuerto, y las exclusivas islas de Ko Phan Ngan y Kotao, que tienen fama de poseer las playas más hermosas de la zona. A estas se llega en lancha.
PARAÍSOS EN INDONESIA Para los turistas Bali es Indonesia, pues es el lugar más conocido. Aquí llegan los vuelos desde Kuala Lumpur, Singapur y Bangkok. Este maravilloso territorio de volcanes está formado por islas ideales para bucear y reservas que combinan una espectacular geografía de selvas montañosas, plantaciones de arroz y colinas verdes con un mar de tonos turquesas y con arrecifes coralinos. Para muchos, el paraíso del surf. La zona de playas como Jimbaran, Nusadua y Sanur son algunas de las preferidas para pasar viajes románticos, sino también cultura viva e historia.