Armação dos Búzios, más conocida simplemente como Búzios, hoy es mucho más que un acogedor balneario repleto de hermosas playas. Esta pequeña ciudad ubicada en la costa de Río de Janeiro se alza como un verdadero Babel gastronómico.
Un italiano de Pisa que arribó a Búzios y abrió una trattoria. Una chef de la República Checa que trajo la gastronomía Europa del Este a la localidad. Una auténtica parrila bonaerense. Esas son solo algunas de las ofertas de este balneario, que la actriz francesa Brigitte Bardot colocó en el mapa para muchos brasileños después de que en los años sesenta se llevara a sus amigos a pasar unas vacaciones allí.
OASIS COSMOPOLITA Hoy Búzios es la ciudad más famosa del litoral de Río de Janeiro, en la región de los lagos, y un imán turístico donde convive la población local con extranjeros de todos los rincones del planeta, que se vieron seducidos por la simplicidad y encanto de lo que fue un pequeño pueblo de pescadores.
El ambiente cosmopolita se traduce también en una explosión culinaria. Un ejemplo de ello es el Festival Gastronómico de Búzios, que este mes celebró su duodécima edición.
Una de las propuestas que resalta es de la trattoria y pizzería La Dolce Vita, localizada en la Rua das Pedras, el lugar más concurrido de la ciudad.
Llegué a Búzios hace 15 años, para pasar algún tiempo, pero terminé quedándome, dijo, con acento, por supuesto, el propietario del establecimiento, el italiano Alessandro Valenti.
Otro de los atractivos es el Baroque, uno de los restaurantes más sorprendentes de Búzios, que funciona en la propia casa de la chef checa Ivana y de su marido alemán Mike.
Nuestros platos son típicos de Europa del Este, Alemania, Francia. Servimos, por ejemplo, el goulash húngaro, pato asado, salchicha alemana, armisch (codillo de cerdo ahumado con chucrut blanco o rojo). Como funcionamos dentro de la casa nuestro servicio es personalizado y único, dijo Ivana.
Búzios ofrece también la Barceloneta, el restaurante del chef brasileño Ricardo Dotta Vagner, que sirve una variedad de platos mediterráneos, desde tapas españolas, hasta especialidades libanesas, como el clásico kebab, hechos con pan casero y hierbas y verduras frescas.
En la ciudad también coexisten la cocina francesa en Le Cigalon, la parrillada argentina de Don Juan y la cocina tailandesa de Sawasdee con los restaurantes locales, que ofrecen abundantes mariscos.