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Cardiff

Por: Neus Pastor

Durante la ocupación de las islas británicas, los romanos levantaron un muro en la capital de Gales. Cuando el imperio de Roma cayó, a comienzos del siglo V, las tropas se marcharon del . En 1091 el barón Robert Fitzhamon empezó a construir una fortaleza en las inmediaciones de la muralla romana. Más tarde, en la época victoriana, el arquitecto William Burges y el tercer marqués de Bute, John Critchton-Stuart, la ampliaron. En los alrededores se estableció el entonces pequeño pueblo que hoy es Cardiff, un municipio de poco más de tres mil habitantes.

La aventura por este destino comienza con un desayuno típico (desde US$5): salchichas artesanales, jamón galés, huevos, tomates cherry y pan de laver (preparado con algas). Los mejores establecimientos para degustarlo se encuentran en el mercado central, un edificio con techos de cristal que funciona desde 1.700 d. C. y donde puedes adquirir los famosos pasteles galeses: un postre imperdible.

Ahora sí, es hora de conocer el alma de la metrópoli y una de las atracciones más visitadas de Gran Bretaña. La entrada al castillo, que se alza imponente sobre el río Taff, cuesta US$16 e incluye una audioguía. Allí verás el antiguo muro romano, el castillo normando, el palacio gótico y los refugios antiaéreos de la II Guerra Mundial.

Pero si contratas los tours guiados accederás a zonas no permitidas en el boleto estándar, como la casa del marqués de Bute (US$4 adicionales) o la torre del reloj (US$6 adicionales). También existe un recorrido temático (US$30) que muestra los espacios que han sido locaciones de películas y series como “Doctor Who”. Por último, es posible disfrutar de un tradicional show con cena. El precio es US$60 por persona y consta de entrada, fondo, postre y degustación de hidromiel (bebida fermentada hecha con miel y agua).

Después de la comida, y en los alrededores del castillo, explora el parque Bute. El pulmón de la urbe cuenta con 2.000 árboles y su tamaño equivale a 75 campos de fútbol. En el embarcadero del parque sube a un taxi acuático y navega por el río Taff hasta llegar a la bahía de Cardiff, donde sobresale el Senedd, uno de los edificios parlamentarios más ecofriendly del mundo. Se construyó con materiales locales y reciclables, como el roble galés, y gracias a su sistema eléctrico y de calefacción es autosostenible.

Sugerimos acabar la jornada con un brindis en alguno de los bares del centro nacional de las artes, el Wales Millennium Centre. Por cierto, la ciudad está llena de pubs. ¡Casi tantos como tipos de cervezas galesas! La más popular es la marca Tiny Rebel, pruébala en el local City Arms (10-12, Quay Street) ¡Salud! O en galés: Iechyd Da!

El dato: los dinosaurios del museo nacional cautivan a los niños. 

GUÍA DEL VIAJERO:
¿Cómo llegar?

Volar de Lima a Cardiff con escala en Ámsterdam vía KLM vale
desde US$1.500. Otra opción es ir a Londres (escala en Madrid)desde US$1.100 con British Airways. Luego, tomar un bus (National Express) a Cardiff desde US$6. Tardarás casi cuatro horas.

¿Dónde alojarte?
Principal St. David’s Hotel & Spa: la noche está desde US$132.
NosDa Hostel & Bar: desde US$40 (incluye desayuno).

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