Un nuevo museo en Marsella dedicado a la civilización del Mediterráneo espera contrarrestar la reputación de esta ciudad como la más mortífera de Francia y de escasa cultura.
El Museo de las Civilizaciones Europeas y Mediterráneas, que inauguró el martes el presidente Francois Hollande, es el proyecto insignia de Marsella que funciona como Capital Europea de Cultura 2013 y que espera atraer a 10 millones de visitantes este año.
CAMBIO DE CARA Las autoridades lo consideran una oportunidad única de mejorar la deteriorada imagen de la ciudad, que fue anteriormente una encrucijada de la civilización mediterránea pero que ahora está considerada como una de las ciudades europeas más peligrosas, con 24 muertes a tiros en 2012.
Cuatro décadas de pobreza generalizada en la ciudad vieron crecer la actividad del hampa, sumada al submundo de las drogas, la prostitución, el juego y más recientemente la corrupción política. La violencia ha sido mayormente debida a disputas territoriales entre jefes narcos.
Seguimos caracterizando a Marsella en la prensa nacional y extranjera por el delito, la suciedad y la despreocupación. Nos olvidamos de que Marsella tiene una hermosa historia que aporta a la rica civilización del Mediterráneo, afirmó Bruno Suzzarelli, director del museo.
Agregó que el museo puede contribuir a cambiar la imagen de la ciudad.
ÚNICO EN EL MUNDO Frente a los muelles, el museo es el primero en el mundo dedicado a la cuenca del Mediterráneo. Incluye un monumental edificio cuadrangular con una cubierta metálica moteada diseñada por el arquitecto Rudy Riccionti. El museo dice que contiene un millón de artefactos culturales que provienen de Jerusalén, El Cairo vía Atenas y la misma Marsella. Asimismo presenta la renovación del fuerte Saint Jean, del siglo XVII, que ha sido unido al museo.
Las autoridades manifiestan optimismo y aspiran a recibir 300.000 visitantes por año para el museo.
Sin embargo, el proceso no ha sido fácil, ya que se ha visto perjudicado por demoras y disputas políticas a lo largo de trece años y tres presidentes. El producto final tiene un costo superior a los 260 millones de dólares.