Famosa por sus caseríos históricos y por ser uno de los tradicionales reductos del arte barroco de Brasil, la pequeña Tiradentes, de solo 7.000 habitantes, se ha consolidado como una de las capitales gastronómicas del país por causa de un festival culinario.

En la edición que culminó este fin de semana, la provincia, ubicada en el estado de Minas Gerais, atrajo a más de 35.000 turistas y tuvo actividades gastronómicas promovidas por 40 restaurantes.

Además de la presencia de jefes de cocina internacionales, la edición número 16 del Festival de Cultura y Gastronomía de Tiradentes, que se celebra cada año en la zona de la Mata, en el suroriental estado de Minas Gerais, contó con representantes del sector productivo y culinario de otros estados.

Paraná y Río Grande do Sul (sur), Bahía (noreste), Mato Grosso (occidente) y Sao Paulo (sureste) participaron del encuentro con exposición de su culinaria.

El director general del festival, Rodrigo Ferraz, destacó en diálogo con Efe el balance positivo del evento.

La gastronomía no es solamente un plato, un chef o un restaurante. Hay una gran cadena productiva por detrás y de una manera leve llevamos a las personas para las plazas, parques y restaurantes a conocer todo eso, subrayó Ferraz.

Para Ferraz, el festival está ayudando a Tiradentes a ser esa referencia gastronómica, una ciudad de solo 7.000 habitantes, pero que está entre las diez primeras del interior de Brasil en número de estrellas, según una publicación turística especializada.