“Supe de la existencia de Angkor gracias a un número de la revista ‘National Geographic’ de 1982 consagrado a los templos y fotografiado por mi ídolo Steve McCurry. Tenía 7 años y recuerdo haber hojeado la revista durante un viaje a Huaraz y a Chavín con mi padre y mi hermano”, escribe Daniel Barreto en la más reciente entrada de nuestro blog Cinco Continentes. En aquella época, añade, Camboya sufría la violencia desatada por la guerra entre el sanguinario régimen del Khmer Rojo y el ejército vietnamita.

Hoy, sin embargo, Camboya ha despertado de esa pesadilla y cada vez son más los turistas que llegan a este reino del sudeste asiático atraídos principalmente por conocer Angkor, mítico complejo arqueológico al que se llega desde Siem Reap, la segunda ciudad del país.

LA ENTRADA ¿Cómo encarar la visita de un sitio arqueológico de 400 km2? Esa es la pregunta que Barreto se anima a responder a partir de su experiencia personal.

“La entrada cuesta 20 dólares por un día, 40 dólares por tres días y 60 dólares por 7 días. Si compras tus entradas para el sitio arqueológico a las 4:30 p.m. te dejan ingresar a ver el atardecer. (…) Un día me parece muy poco, tres días (y un atardecer gratuito) están bien, y siete días te permitirán descubrir cada rincón y poder volver a los lugares que te gustan cuando hay un menor flujo de turistas”, sugiere.

Tras algunos consejos sobre las mejores horas para visitar cada uno de los monumentos y construcciones sin ahogarte en un mar de turistas, Barreto describe algunos de los lugares que más llamaron su atención.

“Preah Khan cuenta con bellos relieves esculpidos en la piedra. El templo es usado aun por fieles budistas para la plegaria y la contemplación”, indica.

Además, cuenta que “se impone una visita de Angkor Wat, el templo principal, al amanecer. Angkor Wat está rodeado de una fosa artificial. En su interior se pueden apreciar murales de piedra dentro de galerías cubiertas (…). Los relieves murales, cuentan la historia de los Khmer y describen hechos históricos como batallas”.

Lee aquí la crónica completa y mira todas las fotos de este viaje imperdible.