JUAN AURELIO ARÉVALO
Cuando tenía 6 años vi fotos de Machu Picchu y supe que tenía que visitar el Perú. En 1995 el sueño se hizo realidad. Formo parte del grupo de especialistas que han ido llegando convocados por Kenneth Wright. Tengo que agradecer el apoyo del Centro Cultural de la UNI y de dos personas que permiten que siga investigando: David Ugarte del INC del Cusco y Daniel Ugaz del Ministerio de Cultura. Hace un par de semanas presenté mis investigaciones en la Comisión de Cultura del Congreso por invitación de la parlamentaria cusqueña Julia Teves.
En 1995, el doctor Miksad decidió, por primera vez, tomar vacaciones. Su esposa, bióloga, quería viajar a Galápagos. Él, ingeniero, quería visitar Machu Picchu. “Fuimos a los dos sitios, pero el Perú, fue amor a primera vista”, comenta.
— ¿Qué lugar lo cautiva? Machu Picchu es visualmente espectacular, pero para ojos de un ingeniero como yo, no es tan interesante. Sacsahuamán sí lo es. El grado de sofisticación, el nivel técnico, la armonía con la naturaleza es asombroso. Yo he estado en la Gran Muralla China y es ‘so-so’ [así nomás] comparado con el trabajo inca. Ellos fueron los mejores de su tiempo.
— Durante los 3 últimos años Ud. ha venido con alumnos de la Universidad de Virginia para estudiar a Sacsahuamán. ¿Cuál es la gran pregunta que aún no logra resolver? [Silencio] Te lo respondo de otra forma. En ingeniería hay una regla: ‘The unintended consequences of good intentions have an effect you didn’t think of”. Por querer hacer algo bueno, puedes terminar, sin querer, haciendo algo malo. Y en los últimos 600 años Sacsahuamán ha sido destruido de varias formas. Primero: intencionalmente por los españoles y luego, sin mala intención, por las excavaciones de arqueólogos. En este tiempo la topografía ha cambiado y a eso se suma el gran problema de la lluvia
— ¿El agua está avanzando por una zona donde no debería? Originalmente, Sacsahuamán tenía construcciones en la parte superior. El agua bajaba por los lados, pero no iba directamente hacia ninguno de los tres muros. De ellos, los dos primeros son sólidos, estructurales, gruesos, el tercero no lo es. Hoy el agua baja directamente a ese tercero. Nunca se diseñó para que funcione de esa manera.
— En el 2009 colapsó una parte Unos arqueólogos hicieron una excavación muy importante. Encontraron un complejo de edificios con un trabajo de piedra de gran calidad. Ellos quisieron preservar los cimientos y para protegerlos pusieron una especie de arcilla. Hoy el agua pasa por esa arcilla y cae directamente en el tercer muro. Por hacer algo con buena intención, se hizo algo malo.
— En cada viaje entrega un informe a la Dirección Regional de Cultura del Cusco. ¿Qué dicen ellos? Fue bien recibido. Inmediatamente abrieron zanjas de drenaje, pero sin un buen análisis hidráulico. Hay varios problemas. ¿Cómo proteges lo que tienes hoy? ¿Cómo regresas a lo que era? Yo creo que ingenieros, arqueólogos y antropólogos tienen que trabajar juntos y tratar de pensar como lo hicieron los incas para resolver estos problemas.
— ¿Por qué regresa cada año? Porque me gusta la gente de este país y porque cada vez que vengo aprendo algo nuevo. Para mí, el trabajo de los incas es como un mosaico. Al principio ves todos los puntos, tienes una imagen. Pero a la segunda mirada, ves otros puntos. Luego unos se cancelan, otros se refuerzan y ves otra imagen. Esta es mi quinta visita a Sacsahuamán y veo que los puntos siguen cambiando, pero cada vez son más claros. Me deleito con el nivel de sofisticación de los ingenieros incas, pero también con el hecho de que nunca hicieron nada parcialmente. Todo era completo.
— Ollantaytambo lo apasiona ¡Espectacular! Probablemente, en muchos aspectos, es hidráulicamente más sofisticado que Tipón. Ahí hicieron un sistema subterráneo de canales y conductos para alimentar unas fuentes de agua espectaculares. Es un complejo de fuentes. Con los alumnos hemos investigado toda la parte hidráulica del Incamisana [acueducto tallado en la montaña] hemos recorrido de arriba a abajo el valle y encontrado tres canales. Hicimos un plano donde se puede ver todo el recorrido del agua. Hay dos fuentes que se convierten en cuatro y luego se vuelven en una sola. Y hay algo más. Los incas amaban el sonido del agua. Hay lugares donde las piedras están talladas a propósito para obtener distintos sonidos. Para que la llegada del agua suene más turbulenta o piedras que producen un sonido burbujeante.
— ¿Como un complejo musical? Sí. Se puede lograr que las fuentes funcionen como deben. Sí se puede hacer. Y si eso sucede, podría convertirse en una atracción turística impresionante. Sería un complejo espectacular de agua y sonido. Por lo general, la gente llega a Ollantaytambo, sube al templo del sol, baja al mercado y a las 3 horas se va a Machu Picchu. No saben todo lo que se están perdiendo.