AARÓN ORMEÑO HURTADO

Esta edición de Selvámonos tuvo grandes presentaciones que encendieron el ánimo del público sin más argumento que la música y el arte. El sonido fue el mejor en el Fundo Cemayu de Oxapampa. Iniciaron la jornada del viernes la banda local Norton. Una agrupación que con sus versiones de Deep Purple, Led Zeppelin y Joe Cocker, empezaron la fiesta con buen rock and roll. Fue así como los asistentes empezaron a acercarse al escenario ya que se encontraban viendo actividades como pintura en vivo, espectáculos de cuenta cuentos o presentaciones de los diversos Djs que acompañaron el evento.

La siguiente banda en salir fue Emergency Blanket. La banda liderada por Paco Holguín dio una gran muestra de rock duro que despertó la adrenalina de los oyentes. Empezó el pogo. Remolinos de personas que se sacudían al compás de canciones pertenecientes a los discos Combi- Nation y Absenta. El sonido de la banda fue sobresaliente. *La gente respondía cantando, gritando, agitándose con euforia y descansando en los temas más lentos. *El vocalista se mostró cómodo y concentrado durante la presentación. Inclusive se animó a bajar del escenario y los de adelante se acercaron más a cantar con él. Se despidieron con el tema Warkaman to Quechua. Holguín la cantó desde la baranda del público. Bebió sin problemas de una botella de pisco que le alcanzaron en la primera fila. Todos estaban eufóricos por la música de esta banda.

EL ROCK ROLL DEL F Daniel F se presentó como solista. Algunos pensaban que saldría en su faceta de trovador, enfrentando al público tan solo con su guitarra, como lo hiciera también el genio del punk Johnny Thunders. Este no fue el caso. Se presentó con una banda e hizo un repaso por temas solistas, así como los clásicos de Leusemia. Pedro Marmaja, Asesino de la Ilusión, Yo pienso en ti, Al Colegio no voy más, y otros temas. Entre canción y canción, el F compartía divertidas ocurrencias y serias reflexiones con los asistentes, siempre con su ácida ironía que le caracteriza. Cerraron con el tema Demolición, un clásico de Los Saicos y todo un clásico para poguear donde sea.

El ecuatoriano Luis Rueda se presentó con su banda El Feroz Tren Expreso. Buen nombre para un sonido duro que se acercaba bastante al buen rock alternativo de los noventa, a veces un poco hard rock, a veces un poco punk, por ratos un poco metalero, pero siempre con energía y melodía. Simpáticos riffs, guitarreos necesarios y una batería dura. Lo aplausos eran un gesto de aprobación. El vocalista se fue satisfecho con la respuesta del público y sin duda fue una gran muestra de la música hecha en el país vecino.

SÁBADO VARIADO El Hombre Misterioso puso su toque experimental en el festival. Ray Callao puso a bailar con su salsa dura, mientras que Vieja Skina hizo saltar a todos. Ni qué decir de la energía de los Chapillacs. Si bien en el primer día fueron cerca de 2500 los asistentes, en la segunda fecha se calcula que se triplicó la cantidad de público.

Los argentinos de Onda Vaga conexión con el público. Aunque los asistentes no conocían sus canciones, siempre mostraron su aceptación acompañando con las palmas y bailando al compás de la música. Quizá el tema Mambeado, era el que llevaba el espíritu de este festival Selvámonos: Cántale a la luna y al sol, canta a la estrella que te acompañó… canta que es la tierra que canta en vos.

CONCIENCIA Y FIESTA Juana Fe llegó con sus agraciados ritmos latinos. Una banda con letras que expresan un poco de preocupación social y también diversión. La cumbia, la salsa, el ska dentro de su repertorio. Un joven le decía a su chica que le gustaba mucho esta banda porque seguía la tradición de las bandas latinas que saben divertir y protestar a la vez. Por lo menos durante el concierto a la gente le importaba más divertirse. Nadie paraba de bailar y poguear cuando el compás lo sugería, como en el tema Bombo y guitarra. Canciones con historias y ritmos populares que cayeron muy bien en el festival.

Desde Francia los Weeding Dub continuaron con la fiesta. Algo de reggae no podía faltar en este festival. La gente estaba bastante relajada. Todos encantados de estar en ese lugar tan alejado de la contaminación citadina. El cadencioso ritmo del dub puso a la gente a bailar y sentirse únicos en un lugar propicio para simplemente pasarla bien oyendo bandas y respirando aire puro. No fue había nada más que música y arte en el lugar. Se trata de descentralizar las expresiones culturales, aún cuando este evento sobrepasó sin ninguna duda a varios eventos realizados en Lima.