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amor
Redacción EC

Cuando tenemos 15 años, soñamos con el príncipe azul. Le escribimos cartas, imaginamos cómo sería darle “un piquito” o caminar agarrados de la mano. Hoy, recordar todas esas cosas nos llena de ternura y nos hacen un poco de gracia: éramos así de inocentes.

Pero así como soñábamos con esos momentos de felicidad, sentíamos que una ruptura era como el fin del mundo. Ahora sabemos que todas esas lágrimas que derramamos solo sirvieron para hacernos más fuertes y probarnos que el amor no siempre es tan maravilloso como en los cuentos.

¿Qué le dirías sobre el amor a esa chica de 15 años que recién está descubriendo el mundo?

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