El burnout: Conoce el síndrome del trabajador quemado
El burnout: Conoce el síndrome del trabajador quemado
Redacción EC

Maritza Noriega

¿Te sientes exhausta? ¿No te motiva el trabajo? ¿Estás sobrecargada de tareas? ¿Estás alegre y de pronto te irritas? ¿Tienes episodios de pena, ansiedad y pesimismo? Si respondiste afirmativamente a todo, es posible que estés pasando por el (síndrome del trabajador quemado), un estrés crónico entre las personas que trabajan.

Si dejas avanzar el problema, además de los signos mencionados, comenzarás a sentirte desamparada, impotente, bajará tu autoestima, no lograrás concentrarte. Incluso somatizarás y vendrán los dolores de cabeza, de cuerpo, de estómago y hasta taquicardia. De ahí al abuso del café y a las adicciones y enfermedades hay solo un paso.

Este síndrome no surge de pronto, avanza de manera progresiva. Por eso es necesario buscar ayuda psicológica apenas se manifiesten los síntomas. «Se debe tratar de mejorar el estilo de vida. Por ejemplo, puede comenzarse con un esfuerzo por incluir un tiempo de descanso en el horario de trabajo (de 20 minutos), también eliminar las actividades que te quitan mucha energía y que no aportan a tu salud. A su vez, hacer un replanteamiento de tus obligaciones, priorizando las actividades de mayor importancia y delegar las de menor relevancia con el objetivo de lograr un mejor manejo de ellas», sugiere el psicólogo Enrique Roig Bondy, director general de Humana Perú.

Los especialistas recomiendan manejar mejor los tiempos en el trabajo, tomar descansos cortos durante la jornada laboral, ser asertivos y buscar una manera de relajarse (.).

Enrique Roig aconseja buscar un equilibrio en las actividades diarias, como mantener una alimentación sana, realizar ejercicio regularmente y pasar tiempo en familia. Respecto al trabajo, esforzarse por no llevarlo a casa y reconocer nuestros límites. Tomar vacaciones, enfrentar con serenidad los problemas y no incidir continuamente en su análisis.

También debemos cuidar nuestra autoestima; si hemos sobresalido realizando alguna actividad, felicitarnos por ello. Y si no lo hicimos bien, reconocerlo, analizar los errores y corregirlos sin estresarnos de manera excesiva.

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