(Foto: Sandra Casinelli / IG @tuyoymicancer)
(Foto: Sandra Casinelli / IG @tuyoymicancer)
Luciana Villegas

Cuando Sandra Casinelli (45) se enteró de su diagnóstico pensó en su hijo. Su pequeño Franco de tan solo tres años, por allá en diciembre del 2018. Como madre separada y con el padre de Franco viviendo en Chile, a Sandra le preocupaba el día a día de su pequeño. “Me preguntaba cómo iba a manejar su vida, si lo iba a poder acompañar o no una vez que empiece el tratamiento”. recuerda. La muerte, también, la asustaba. Pensaba que iba a pasar si ella partía…”está tan chiquito”, decía. Pero ni esos primeros miedos ni los que vinieron después, la detuvieron en su lucha continua contra el , una que ha afrontado con fuerza y naturalidad, dos capacidades que la caracterizan.

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Sandra habla del cáncer como otro aspecto de su vida más. No le huye ni le teme, lo afronta como lo que es: una etapa de su historia que, como ella bien dice: “pronto se convertirá en solo un recuerdo más”. Es justamente esa practicidad y positivismo lo que la ayuda a no bajar los brazos en tiempos tan turbulentos como este. En el 2018, cuando se enteró que aquél dolor de la pierna izquierda se trataba de un tumor en la ingle- que luego sería diagnosticado como un Linfoma no hodgkin folicular- entró en shock. Esa fue su primera reacción. Luego, empezó a tomar el control de la situación gracias a su grupo de amigas que se convirtieron en su apoyo más grande. “Son cuatro amigas que no se conocen entre sí, son de distintos grupos amicales….pero no sé cómo todas se unieron para ponerse tareas individuales y ayudarme en el proceso. Una me llevaba a las citas médicas, la otra se quedaba a cuidar a Franco, la que trabaja en recursos humanos me ayudaba a ver mis pólizas de seguro oncológico y la última se encargó de la investigación médica”, cuenta. “Sin ellas no hubiera podido hacer nada, estaba concentrada en el tratamiento y mi hijo…no me daba la cabeza para más”, agrega.

Durante los últimos dos años, Sandra ha llevado seis sesiones de quimioterapia de tratamiento y un segundo proceso de mantenimiento, que se encuentra aún atravesando hasta julio del 2021. Las primeras sesiones las llevó con mucho cansancio y con su hijo al lado. Eran sesiones semanales, así que la clínica se convirtió en un segundo hogar para ella y el pequeño Franco que pasaba de 9 a.m. hasta las 8 p.m. en un cuarto jugando o coloreando en su cuaderno. “Me ha acompañado a todas las quimios hasta que empezó la pandemia. Como trabajo en la casa y estoy con él todo el tiempo, decidí llevarlo. No le puedo negar a mi hijo el hecho que su mamá tiene cáncer, quiero que lo procese. Le hablo, le cuento…aunque es pequeño quiero ser honesta con él. No quiero ocultarle ni negarle nada. No quiero que este momento marque los primeros años de su vida de ese modo”, explica.

Para Sandra, pasar tiempo con su hijo se ha convertido en una prioridad más que nunca. Cuando se enteró que sería madre hace seis años, dejó el trabajo como productora y empezó a hacer traducciones desde la comodidad de su hogar. En sus palabras, “el horario de producción y la maternidad son difíciles de llevar de la mano”, por lo que decidió cambiar de trabajo para facilitar la vida junto al pequeño Franco.

(Foto: Sandra Casinelli)
(Foto: Sandra Casinelli)

‘Tú, yo y mi cáncer’

A principios de año, en enero, Sandra viajó a Chiclayo para visitar su abuelo. Durante su visita, se enfermó luego de comer un ceviche en mal estado y estuvo en cama un mes. En ese tiempo, uno de sus amigos más cercanos se suicidó y otro, fue asesinado en Ica. Fueron unas semanas críticas en su vida que la hundieron en una depresión que parecía no tener final, hasta que llegó su hijo y, una vez más, se convirtió en su fuerza más grande. Meses después, hablando con una amiga diagnosticada de todo lo acontecido, se dio cuenta que en este tiempo había dejado atrás muchas cosas que quería hacer, sobre todo con lo aprendido en estos últimos años. Tenía que aprovechar la vida, su vida. “Conversé con mi amiga y descubrí que sentíamos lo mismo en distintos aspectos de nuestras vidas a raíz del cáncer. Decidí que tenía que compartir esta información”, cuenta. “Soy muy floja para escribir y el video no me es atractivo, así que cuando un amigo me habló del podcast, encontré el formato ideal. Empecé con un solo capítulo y me hizo muy bien hablar a modo catarsis y además, conecté con muchas historias”, continúa.

Así empezó ‘Tú, mi cáncer y yo’, un podcast en el que Sandra cuenta su experiencia personal con la enfermedad y las lecciones que le ha dejado en el camino. El objetivo es llegar a personas que acaban de ser diagnosticadas y que como ella, no tienen ni idea por donde empezar. También, busca destruir esos miedos y prejuicios con los que se enfrenta la enfermedad al inicio, para reemplazarlos por información y mucha, pero mucha, fuerza. “Quiero compartir información útil que he aprendido en este tiempo. Empecé mi tratamiento sin saber qué era una sesión de quimioterapia, aparte de la caída del cabello y las náuseas no sabía más…así que el miedo era intenso”, comenta. “Es el miedo a morir. En cuanto te dicen la palabra “cáncer” ya sientes que te vas a morir y no es así, no te vas a morir mañana. Es decir, todos nos vamos a morir pero no sabemos cuándo”, reflexiona.

Hasta el momento, Sandra ha lanzado siete episodios en los que habla de cómo enfrentar un diagnóstico y hablar de el. También, toca temas como la depresión, alimentación, caída del cabello, la importancia de los cuidadores y el estrés que rodea a la enfermedad. Para ella, su experiencia puede servir no solo de acompañamiento, también de información de paciente a paciente; algo que ayuda mucho en un proceso como el de cáncer. Se trata de un podcast testimonial, “una reflexión en voz alta de las cosas que he aprendido en este proceso”, dice.

Hasta el momento, el podcast la ha conectado con decenas de personas que viven la enfermedad y quieren compartir su propia historia. La idea de Sandra es continuar el proyecto para que más personas lo conozcan y puedan sentir que no están solos en la lucha. Una lucha que espera acabar pronto y no tener que enfrentar de nuevo. “No siento que estoy condenada a morir pronto ni a vivir de cáncer en cáncer. Ahora si me toca, tocará. Pero mi idea es terminar esta etapa y quedar de chequeos en chequeos”, sentencia.

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EL DATO

‘Tú, yo y mi cáncer’ está disponible de modo gratuito a través de . Vertex es una plataforma que alberga formatos de audio con diferentes temas de interés.

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