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Giorginna Ivanov
Celeste Pérez

Giorginna Ivanov tiene 25 años. En el 2009, descubrió lo que hoy define como su pasión: el . En ese entonces, inició la carrera con una tabla prestada, muchos ánimos y ganas de comerse al mundo. Hoy, además de haber participado en competencias internacionales con excelentes resultados, dirige una ONG que lleva este deporte a niños y jóvenes en el país.

Para Giorginna, se trata de un contexto en el que las caídas son frecuentes y no tan suaves, pero el contraste es la oportunidad perfecta para no dejarse llevar por ellas y continuar con la ruta. Además, anima a que más niñas (y mujeres en general) se aventuren con el skateboarding y longboarding, pues a pesar de ser considerado como un ‘deporte de chicos’, es sinónimo de pasión y adrenalina. “Los estigmas sociales con los que hemos crecido se han ido rompiendo poco a poco. Este deporte empodera a las chicas, cala en sus vidas”, señala.

En el marco del Día Mundial del Skate, Giorginna Ivanov conversó con Viù, y nos comparte un poco de su historia, motivaciones y apreciaciones acerca de este deporte. 

¿Cómo fue tu primer acercamiento al skateboarding?

Comencé porque unos amigos y primos empezaron a practicarlo. Yo nunca me había subido a una tabla, y tuve la curiosidad de un día de tirarme una 'bajadita'. Solo tenía 15 años y empecé con una tabla prestada, hasta que esa navidad mi mamá me regaló una. Desde ese día, no me he separado de mi tabla.

¿Cuándo fue que empezaste a tomar este deporte más seriamente?

Mi personalidad es muy competitiva, y llegó un momento en que quería competir. Mi primera competencia fue la Nacional, que se llevó a cabo en La Herradura, un spot clásico en la comunidad de longboard skate. Recuerdo que en ese entonces, 2009, solo éramos dos mujeres en la categoría. En esa oportunidad gané.

¿En qué otras competencias haz participado?

Mis logros más importantes han sido quedar como campeona Sudamericana en el Morro Solar, y despuntar una fecha con chicas de países como Brasil y Argentina. También, quedé en tercer puesto de una fecha continental de la IDF (International Downhill Federation), y fui la única mujer peruana que llegó a la final. Ahí competí con mujeres de España, EEUU y Colombia.

¿Cómo fue que decidiste promover este deporte con una ONG propia?

Hace un tiempo decidí ya no competir profesionalmente para dedicarme al 100% a ser promotora del deporte en el país. Antes de crear Patea Perú, inicié siendo embajadora de 'Longboard Girls Crew' en Perú, que también es una ONG que promueve el skate y longboard pero como herramienta de empoderamiento femenino. Hasta que sentí que me limitaba un poco, pues también quería llegar a niños y jóvenes. Fue así que nació Patea. 

¿Por qué se llama Patea Perú?

Lo bauticé como Patea Perú porque yo inicié con algo que en la comunidad se llama ‘pateadas’, y es algo así como las ‘ruteadas’ en bici. Era súper divertido, mucha gente se juntaba y compartíamos todos en la ruta. No había que ser experto, porque lo único que se hacía era ‘patear’, no se hacían trucos ni se debatía el nivel. Con eso hemos llegado a juntar hasta a 150 personas. Así mismo, asimilé el ‘patea’ con la frase ‘patea tus límites’, así que me pareció perfecto.

¿Cuáles son sus objetivos como ONG?

Dentro de los objetivos principales, además de aumentar la práctica del deporte, también está impulsar este como medio de transporte sostenible en la ciudad. Es algo que además hemos podido trabajar con la Municipalidad de Lima, con la Gerencia de Transporte No Motorizado de Ciclo Lima. Tanto ha sido el avance, que hemos logrado que el logo del skate ya aparezca en claquetas oficiales y afiches de la municipalidad como transporte sostenible. Ya no somos una minoría.

¿Qué satisfacciones te ha traído dirigir este proyecto?

Es increíble ver cómo los chicos se van desenvolviendo, van incrementando las personas que practican longboard y skateboarding, y no solo como deporte, sino también como medio de transporte sostenible, porque es no motorizado, no contaminas y además aporta positivamente a la salud.

¿Cuál es tu motivación para continuar en este camino?

Crecemos con estigmas sociales que nos hacen creer que algunas cosas no son para nosotras y que hay actividades que no podemos hacer solo por el hecho de ser mujeres. Sin embargo, eso está cambiando con el tiempo, y a veces hay que arriesgar para ser inspiración de otras niñas, romper con los esquemas.

¿Qué mensaje les darías a las niñas que quieren empezar a practicar skateboarding?

Les diría que lo hagan, porque es algo que te llena de felicidad y te empodera. Tú te subes a un skate y bajas una rampa y ya te empiezas a sentir invencible. Así lo hagas bien o no, te llenas de energía, y eso te impulsa a querer mejorar.

¿Y a sus familias?

Es importante que en la casa se formen niñas fuertes, seguras de sí mismas. Que, muy aparte de que practiquen el skate o no, persigan lo que realmente quieren hacer. Que sean felices con lo que les apasiona.

¿Qué lugares en Lima recomiendas para montar skate?

En verano, el parque Itzhak Rabin del malecón de Miraflores es perfecto. El mar, el sol y el verdor de las plantas componen un buen escenario. También está La Herradura en Chorrillos, que es uno de los spots más clásicos, y también hay lugares en La Molina que tienen muy buen asfalto y poco tránsito de autos.

Para ti, ¿en qué recae la importancia de tener un Día Mundial del Skate?

¡Porque hacía falta un momento para festejarlo! Además de ser una excelente oportunidad para dar conocer el deporte, transmitir el mensaje de que si hay talento en nuestro país. Por ejemplo, hay chicos que han ido a representarnos mundialmente, formamos parte del IPD, tenemos una Selección de Downhill que recién se ha formado y nos han ido a representar a Barcelona... hay mucho potencial, y merece ser reconocido.

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