El mensaje que busca transmitir el cortometraje "Pequeña Felicidad" está relacionado con el abandono a los adultos mayores. (FOTO:  DIFUSIÓN)
El mensaje que busca transmitir el cortometraje "Pequeña Felicidad" está relacionado con el abandono a los adultos mayores. (FOTO: DIFUSIÓN)
Diego Alzamora

Otra muestra más de creatividad peruana logró imponerse en el exterior. Un grupo de alumnos del instituto superior elaboró el animado “Pequeña felicidad” dispuestos a difundir su mensaje sobre el abandono a los más allá de las aulas. Gracias a su gran labor de equipo, el proyecto ya viene siendo reconocido a nivel nacional y en otros países como Chile y Reino Unido. Y, además, fue galardonado como el Mejor Cortometraje Animado Internacional en la novena edición del Festival Internacional Kinosaray de Ucrania.

La realización del proyecto empezó durante el confinamiento, en marzo de 2020, y duró 11 meses. La historia del cortometraje se centra en el personaje de Inés, una solitaria abuelita que se encuentra en el asilo y espera la llegada de sus hijos en su cumpleaños. Sin embargo, los que aparecen son dos tiernos y traviesos gnomos que la animarán y le harán olvidar el abandono en el que se encuentra.

MIRA: “Para nuestra vida”: una serie animada en quechua para prevenir el COVID-19

Conversamos con los dos directores del equipo de “Pequeña Felicidad”: Verónica Casimiro y Junior Juarez.

— ¿Cómo surge la idea del cortometraje? ¿Tuvieron otras ideas?

Verónica Casimiro: Fueron un montón de ideas. En el Instituto si a ti te piden 10 ideas de historias, tienes que entregar 20. Porque entre muchas puedes encontrar la historia indicada. Lo importante es que tenemos que contar y reflejar una problemática. No solamente es un corto para pasar el ciclo, es contar una historia, reflexionar.

Junior Juarez: Como lo comentaba mi compañera, tocamos varios temas. Tenemos el tema de la violencia, de los feminicidios, la pobreza y la desnutrición. Había un gran abanico, pero ahí ni siquiera teníamos en cuenta a nuestros personajes. Lo bueno es que la institución siempre nos está exigiendo que ‘si tienes una idea, no te conformes, dale la vuelta’. Y al momento de desarrollar los personajes y la idea, esta fue mutando poco a poco hasta llegar a lo que se puede ver en el cortometraje.

— El comienzo de la historia es triste, luego escala a una ‘pequeña felicidad’ (como el título) y termina con un final triste. ¿Eso es lo que buscaban representar?

VC: Esta historia que parece cíclica, que termina tal cual empezó, se buscó desde el inicio. Porque esto pasa en la realidad: hay padres de familia, ancianos, que terminan solos, sin encontrarse con sus familiares que los abandonaron hace muchos años. Queríamos retratar eso. Y los colores, eso es un buen trabajo del grupo de iluminación y renderizado, y también de concept porque los colores ayudan mucho a transmitir esto. La historia inicia con colores muy opacos, luego tenemos el medio donde los colores son más saturados, más vivos: el amarillo, el rojo; y termina con colores opacos, tal cual inició. Aquí queríamos contar una realidad. No todas las historias tienen un final feliz, lamentablemente esto pasa y queríamos retratarlo, para que llegue a la reflexión para muchas personas.

JJ: Nosotros realmente en lo que nos enfocamos fue en las pequeñas cosas, justo como es el título del cortometraje: “Pequeña felicidad”. Hacemos referencia a esos instantes que nos llenan de dicha. De repente no tiene que haber grandes cosas, grandes regalos, grandes eventos. De repente un pequeño detalle de parte de un familiar, de un ser querido, como un abrazo, una cartita, un ligero caramelo que te puede dar, con afecto, puede hacer que te sientas muy feliz. La conclusión del viaje es realmente lo que más deseaba nuestro personaje: se cumplió. Entonces, ¿qué tan triste es el hecho de que termine como termina si es que al final logró lo que estaba buscando?

— La realización del proyecto duró 11 meses y, todavía, en pandemia. ¿Cómo fue esa experiencia?

VC: Fue un proyecto muy arduo, un poco complejo, complicado más que todo por el tema de la pandemia. Todo este proyecto se divide en dos fases: la primera es conceptualización, realización de historia, el cómo se desarrollan los personajes en cuanto a imagen, pero también es importante la puesta en escena: cómo se va a contar la historia (los planos). La segunda etapa se trata un poco más del acabado y el renderizado; es decir, ya las imágenes más compuestas, el fondo con los personajes animados, y los detalles en la post producción que se apoya demasiado en la parte del concept porque ya los sentimientos se van a hacer realidad y se pueden visualizar. En eso se divide el proyecto.

JJ: Yo creo que este proyecto podría definirse como el máximo reto de la carrera. En este caso tuvimos el enorme reto de hacerlo de manera virtual. Todo este tiempo ninguno de nosotros se ha visto la cara. Todo este proyecto ha sido completamente en línea y con cada integrante en distintas partes del país, incluso fuera del país. Utilizamos Google Meet como herramienta principal, utilizamos WhatsApp y también, en un pequeño momento, Trello. Usamos la herramienta de Drive para poder almacenar y archivos, y todos los días poder estar listando las tareas que teníamos pendientes. Entonces entre estas tres herramientas logramos hacer que todo encajara y que no terminara como un ‘monstruo’. Creo que ayudó un poco el enorme ojo crítico de nuestros profesores que siempre pendientes de que todo estuviese bien.

— Es un corto que dura casi 8 minutos, pero tomó 11 meses. Puede parecer fácil pero no lo es.

JJ: Fue algo muy bonito realmente. Comienza con un dibujo en 2D plasmado en una página y luego cuando los ves en 3 dimensiones es una experiencia muy satisfactoria. A mí me dejó encantado este proceso. Es muy difícil, es muy duro, pero creo que valió la pena cuando vimos todo el proyecto completo.

VC: Yo siento que este estigma de que ‘parece fácil’ hay que dejarlo de lado. La animación es un trabajo y una carrera fuerte. Es trabajar en equipo. La importancia de trabajar con varias personas que a veces no comparten los mismos conceptos pero tienen un proyecto en común. Eso los puede ayudar a guiar y a hacer un excelente trabajo. La animación cuesta demasiado, dura mucho y es un trabajo fuerte como cualquier otro. Así que no hay que minimizar eso. No hay que verlo y decir: ‘bueno, es algo fácil’. Hay un montón de personas, de tantas pasadas, tantas versiones, lo del diseño, las imágenes, el sonido y todo lo visual. Se ha pasado por tantos filtros, tantas visiones hasta que pueda quedar bien, para que se pueda comunicar el mensaje y el concepto que se quiere transmitir.

— Han logrado destacar en festivales internacionales. ¿Ese era su objetivo o fue algo que se dio en el camino?

VC: Fuimos como dos grupos. Por razones de la pandemia algunos se tuvieron que ir y ahí surgió el segundo grupo de 10 personas. Pero desde el primer grupo teníamos la mentalidad de no solo aprobar el taller: queríamos contar una historia, queríamos hacer reflexionar y queríamos llegar a festivales. Así que desde el inicio se planteó algo firme, algo concreto y algo que pueda salir más allá del curso.

JJ: Antes de participar en festivales lo que hicimos fue levantar esas observaciones que nos dieron nuestros profesores porque fueron muy exigentes, incluso al final de la carrera. Todos querían irse de vacaciones pero antes queríamos que el trabajo quede bien para poder presentarlo. Fue justamente esa intención de querer visibilizar nuestro tema el hecho que nos motivó. Ni bien terminamos las observaciones empezamos a meternos a los mejores festivales y comenzamos a ser muy reconocidos y a ganar el de Ucrania. El hecho de ir ganando en los festivales al equipo lo emocionó muchísimo.

— ¿Cómo ven el rubro de la animación en Perú?

VC: Yo veo que todo este rubro de la y lo audiovisual, acá en Perú, está avanzando, tal vez un poco lento, pero se está haciendo. Yo apoyo e incentivo que si alguien que lee esta nota quiere estudiar animación, que lo haga, que se impulse. Que se lance a esta carrera y le dé todo su esfuerzo porque la comunidad, actualmente, es algo pequeña. Así que hay que hacerla más grande. Sí hay talento, sí hay oportunidades, sí se está avanzando y uno mismo puede ser parte de este gran avance que estamos dando.

JJ: Yo también creo que, de repente, pensar en la animación puede aparecer en la mente de muchos padres como una carrera muy sencilla y que no es muy seria, pero realmente la industria está comenzando a crearse y a crecer de manera exponencial. Yo creo que si uno no tiene los recursos para poder estudiar en una institución, hay muchos recursos con los que uno puede aprender el arte de animar. Si es que se cuenta con la posibilidad de estudiar una carrera sería mejor, porque ahí vas a poder encontrar a otras personas como tú, vas a poder aprender de los profesores que ya están en la industria, creo que te va a ayudar a crecer aún más rápido. Es una comunidad por ahora pequeña que espero que en un futuro pueda crecer aún más.

MIRA: Así se vivió el festival que celebra a la música, la gastronomía y el turismo en Cusco

— ¿Tienen planeado participar en más festivales?

VC: La verdad, a lo largo de este año, lo que queda, sí estamos planeando inscribirnos a más . Sin miedo, hay que lanzarnos. Nunca se sabe. A ver hasta dónde llega nuestra historia.

JJ: El hecho de ganar festivales en donde hemos participado, de ser reconocidos por festivales internacionales, nos ha motivado a participar en todo lo que podamos. Así no ganemos y seamos mencionados para mí ya es ganancia. El hecho de que el mensaje se distribuya y por el alcance que pueda llegar a tener el cortometraje, a mí ya me causa alegría.

Equipo del cortometraje de animación peruano "Pequeña Felicidad".
Equipo del cortometraje de animación peruano "Pequeña Felicidad".

VIDEO RECOMENDADO

Cortometraje peruano en quechua “Cuentos de Adobe” ganó premio en Brasil
Cortometraje peruano en quechua “Cuentos de Adobe” ganó premio en Brasil. Fuente: [TV Perú]

TE PUEDE INTERESAR



Contenido Sugerido

Contenido GEC