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Dolce Placard
Celeste Pérez

A Diana Ibarra la conocen como Didi. Se podría decir que es arquitecta de profesión y creadora de contenidos por pasión. Fue hace cuatro años que lanzó el teaser de lo que hoy se convertiría en uno de los vlogs de moda y estilo de vida más seguidos del país, Dolce Placard, con más de 590 mil suscriptores en Youtube y más de 200 mil seguidores en Instagram. 

Su fórmula parece radicar en la autenticidad que transmite en cada una de sus publicaciones y vlogs, diferenciadas siempre por el filtro rosa que -literalmente- baña su feed. Sus seguidores lo saben: Diana es sinónimo de alegría, personajes de Disney, fotografías sacadas de cuento de hadas y (por supuesto) color rosa. 

Lo que pocos saben es que 'Didi' es tan 'humana' como nosotros. De hecho, la vlogger ha pasado por episodios difíciles a lo largo de su adolescencia y juventud, teniendo que lidiar con problemas como el bullying y los desórdenes alimenticios. Sus curvas -que hoy son uno de los sellos más importantes en su vlog- significaron un problema en su juventud. Una condición con la cual sentía que no encajaba en los estándares de belleza que le imponía la sociedad.

Hace más de dos años, Didi empezó a 'cocinar' la idea de escribir su propio libro con el fin de compartir estas vivencias con la gente y demostrarles que no todo está perdido, "que siempre hay una luz al final del camino". Fue así que en julio de este año vio la luz 'Quiérete: confesiones de una vida no tan rosa', primer título de la vlogger

¿Cómo te sientes en este momento de tu vida?

​Me siento contenta por todas las cosas que he logrado. Ha sido un súper año. En un mes, me he casado, me he mudado y he sacado mi libro. Me hace feliz el mensaje que transmite este libro, justamente para otras personas que hayan podido pasar por las mismas experiencias o similares a la mía. Espero que se puedan sentir identificadas, y sientan: 'hay una luz al final del túnel, todo va a estar bien', porque en esos momentos tu perspectiva puede ser un poco negativa, y hacerte pensar, 'de esto nunca voy a salir, acá se acaba todo'... y en verdad no es así.

Dolce Placard entrevista

¿Te consideras una persona 100% alegre? Creo que es una de las cualidades que más te identifica en el blog...

​Siempre fui una niña muy efervescente, eléctrica y alegre. Pero al mismo tiempo soy humano. Me considero una persona alegre, pero tengo días en los que también me siento triste. Yo vivo mis emociones a flor de piel. Cuando estoy contenta, estoy muy contenta y cuando estoy triste, estoy muy triste. Siempre he tenido subidas y bajadas. La idea es encontrar el balance de esas cosas. 

Fue durante la adolescencia que te enfrentaste contra el bullying.

Mi niñez en general fue muy feliz. Cuando llegué a la adolescencia, no fue un tema de no ser feliz, sino de no encontrar mi identidad y no sentir que pertenecía a un lugar en particular. Eso hizo que poco a poco fuera cambiando mi personalidad, por la necesidad de encajar. Comencé a compararme con los demás, con mis compañeros, la televisión y la revistas. Pensaba, mmm... no me encuentro en ningún lado, no siento que encaje en ningún lado, y no solo de manera física, sino también hablando de gustos, de personalidad. Por ello, comencé a ser alguien distinta a mí, aunque era agotador fingir alguien que no era, y frustrante porque igual me sentía muy sola. 

¿Qué le dirías a las personas que están pasando por una experiencia similar a la tuya?

Les diría lo que he podido aprender con los años. El bullying más que tratarse de uno mismo se trata de la persona que lo hace. No lo tomes como si hubiera algo malo en ti, algo que tú tienes que cambiar o alguna medida que debas tomar. Lo único que puedes hacer es contarlo y tener un poco de compasión, pues tal vez esa persona está lidiando con un mal momento, no tenga estabilidad en su vida, y por ello esté tratando de controlar todas las cosas a su alrededor agarrando a los demás para minimizarlos y a sí mismo sentirse mejor.
Toma un poco de eso y continúa con tu vida, entiende ellos no tienen el poder para hacerte sentir menos. 

Hablemos de la relación con tu cuerpo. ¿Cómo ha ido cambiando a través del tiempo?

Desde que tengo memoria siempre tuve temas con mi peso. En casa, mi mamá siempre ha sido muy deportista, mi hermano también, yo era la 'no tan activa'. Mi mamá se levantaba todos los días a las 6 am para ir a jugar tenis y yo quería quedarme descansando.

En un inicio, sentí esa clase de insistencia por parte de mi mamá con el hecho de hacer deporte. Con los años, entendí que era un tema de que a ella le hacía feliz el deporte, y su perspectiva era que también me haría feliz, pero no. Ella lo buscaba con buenas intenciones, pero llegué a un punto en que me sentía forzada, sentía que se preocupaba mucho por cada cosa que comía. Eso empezó a clavarse en mi cabeza. Decía, algo está mal en mí, ser gorda está mal, tengo que cambiar.

¿Cuándo fue qué dijiste 'ok. tengo que encarar esta situación'?

En realidad ha sido en distintos momentos de mi vida. Al desorden alimenticio que sufrí le pude poner fin porque por suerte no desarrollé algo más crónico, pero yo seguía con mis propios 'issues' incluso después de eso. Para mí, los desórdenes alimenticios también implican no tener una relación sana con la comida, el estar contando calorías, el pensar 'ya, me puedo comer esto solo si corro tres vueltas al parque', o cosas así. Esto me ha tomado varios años. Creo que simplemente se fue yendo sin darme cuenta.

Luego de haber pasado por eso, es valioso que compartas tu experiencia, tanto en el libro como en tu blog...

Sí. Fueron varios años de altas y bajas con el tema, sufrir de un desorden alimenticio y asimilar el tema de no sentirme identificada. Con el tiempo, mucha fuerza y apoyo; empecé a darme cuenta que mis caderas no estaban mal. Todos tenemos cuerpos diferentes y hoy en día -felizmente- hay muchos más referentes, marcas y celebridades que se unen al tema y apoyan al empoderamiento femenino. Las cosas están cambiando.

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