Kiyoko Yasuda: «Siempre quise pintar»
Kiyoko Yasuda: «Siempre quise pintar»

Lizzy Cantú

Pinta casi todos los días, pero no le divierte. Esa tal vez sea la primera pista de que la dulce mujer de 70 años no toma los pinceles por hobby o por aburrimiento. Ella busca algo más: «Siempre quise saber quién soy. Dónde estoy». Pintar para ella es una forma de enfrentarse consigo misma.

Kiyoko Yasuda aterrizó en Lima el mismo año en que el Perú campeonó en la Copa América. Ella no lo recuerda porque el fútbol no le interesa. Pero algo del Perú la atrajo. Antes de aquel día de 1975, Kiyoko había admirado una exposición de textiles incaicos en un museo de Kobe y quedó fascinada con sus colores y texturas.

Por entonces ya había empezado a pintar y a experimentar con telares e imaginó -por qué no- que sería bonito trabajar en el Museo Amano de esta capital. Solo sabía decir 'gracias' y 'buenos días' en castellano y todas sus pertenencias se resumían en una caja de libros y una maleta. Pero había tomado una decisión.

Perfil

Kiyoko Yasuda estudio literatura japonesa antigua antes de inclinarse por la Sociologia. Al graduarse de la universidad fue Kēsuwākā (trabajadora social) en un hospital. Su madre y un tio eran pintores y ella heredó de ellos esa inclinación. Ha estudiado pintura en la PUCP y fue alumna de Lucy Angulo; ha expuesto de manera colectiva en la Embajada de Colombia (con reconocimiento) y en la de Holanda. Admira a Mark Rothko.

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