La “mujer del proceso” se ha convertido en todo un fenómeno viral y controversial en Tik Tok. Por eso, es necesario explicar el trasfondo mental del panorama de la mano de una especialista.
(Foto: Freepik)
La “mujer del proceso” se ha convertido en todo un fenómeno viral y controversial en Tik Tok. Por eso, es necesario explicar el trasfondo mental del panorama de la mano de una especialista. (Foto: Freepik)
Jazmín Flores

Un gran debate se ha destapado en redes sociales debido a la viralización del término “la mujer del proceso”, concepto popularizado por influencers de y que hace referencia a las que buscan llegar a algún compromiso con su pareja, que suele ser el matrimonio, sin éxito alguno. Poco tiempo después, terminan la relación sintiendo que perdieron su tiempo o, en algunos casos, se terminan convirtiendo en las eternas enamoradas. Aunque muchas mujeres se han visto identificadas y hasta apoyan el concepto, muchas otras los critican e incluso, los consideran machista, discriminador y dañino psicológicamente.

Ante el debate formulado en redes sociales, conversamos con la Valeria Paredes de la Torre, especialista en terapia conductual, quien nos explica qué hay realmente detrás de este concepto.

¿A qué se refiere el término “mujer del proceso”?

Una mujer que tiene intenciones de comprometerse, casarse y formar una familia, pero cuya pareja no quiere lo mismo con ella. En lugar de alejarse y elegir una pareja acorde a sus necesidades, esta mujer se queda durante un tiempo prolongando intentando lograr el compromiso y siendo parte del proceso de crecimiento de su pareja. Convirtiéndose así, en la dichosa “mujer del proceso”.

Bajo conceptos parecidos, varias influencers comparten este perfil de mujer en redes sociales, entre ellas Alexandra Chávez. Con más de 1 millón de seguidores en Tik Tok, la modelo peruana es una de las críticas más fuertes de este concepto y dedica sus días a enseñarle a sus seguidoras como dejar de ser la “mujer del proceso” para convertirse en una que ella llama, “la mujer de alto valor”. Para Alexandra, las mujeres que desean formalizar y llevan muchos años con una pareja que aún no da el paso, están perdiendo su tiempo. Por el contrario, la mujer que sabe lo que vale y busca hombres que cumplan con sus expectativas, en lugar de esperar que otros crezcan o quieran lo mismo que ellas, es una “mujer de alto valor”.

Ante este pensamiento, la psicóloga afirma que podríamos estar hablando de una ideología. “No podemos juzgar bien o mal a las mujeres que lo respaldan o piensan de esta forma, solo respetarlas”, señala. Sin embargo, el panorama se torna más complicado cuando hablamos de lo que hay detrás de estos conceptos.

La “mujer del proceso” debe sus orígenes a la “pickmeisha” o popularmente conocida como “pick me girl”, expresión empleada para definir al tipo de mujer que ruega por la aprobación masculina. Sin embargo, la psicóloga afirma que la mujer “pickmeisha” no existe, sino que solo es aquella que necesita trabajar en su autoestima, autoconcepto, límites y demás aspectos de su salud mental.
(Foto: Freepik)
La “mujer del proceso” debe sus orígenes a la “pickmeisha” o popularmente conocida como “pick me girl”, expresión empleada para definir al tipo de mujer que ruega por la aprobación masculina. Sin embargo, la psicóloga afirma que la mujer “pickmeisha” no existe, sino que solo es aquella que necesita trabajar en su autoestima, autoconcepto, límites y demás aspectos de su salud mental. (Foto: Freepik)

¿Y “el hombre del proceso”?

Una de las razones por las que el concepto podría considerarse machista y discriminador, es porque habla de la mujer como la única persona capaz de querer un compromiso con su pareja. Muchas personas pasan años en una relación que a veces no funciona o no va hacia el mismo destino. Aunque la pareja se separe, esos años juntos sirivieron para que cada uno crezca y conozca lo que busca en una pareja y en la vida. Entonces, ¿no sería pertinente hablar también del hombre del proceso? Aquella relación larga en la que una mujer creció, aprendió y maduró al lado de una pareja que, lamentablemente, no terminó siendo el amor de su vida pero la ayudó en su crecimiento.

Bajo esta premisa, todas las personas tendríamos alguna vez un compañero del proceso, sea hombre o mujer. El hecho de apuntar con el dedo a la población femenina como la única que busca el compromiso y falla en el intento, resulta una premisa machista pues coloca a la mujer en una situación de victimización.

La idealización del matrimonio

Otro de los puntos a analizar bajo este concepto, es la idealización del matrimonio. Bajo el concepto de “mujer del proceso”, no solo se asume que el único tipo de compromiso es el matrimonio, sino que este va a ser maravilloso. Se coloca al matrimonio en el primer lugar del podio, como el final feliz y perfecto para toda pareja.

De acuerdo a la especialista, en la mayoría de casos este pensamiento solo se enfoca en el prototipo ideal y tradicional del matrimonio: la mujer casada con un hombre que provee, que la respeta y que la hará feliz durante el resto de su vida. Y aunque esta premisa fuertemente marcada por ideas tradicionalistas debe ser tomada con pinzas, toda mujer es libre de escoger el estilo de vida que desea llevar. Pero eso sí, debe establecer acuerdos que procuren tu estabilidad emocional.

No todas las mujeres (estén o no en una relación) esperan contraer matrimonio y ciertamente tampoco lo deciden a cualquier edad. De acuerdo a la psicóloga, es importante recordar que una mujer que recién inicia su vida adulta no piensa igual que una que ya es independiente. “Cuando manejas tu propia economía recién puedes empezar a considerar seriamente el matrimonio. Todo debe ir de acuerdo a la etapa que estás viviendo”, afirma.

Cabe recordar que este concepto únicamente aborda al matrimonio desde la exclusividad heterosexual. Se habla de la mujer femenina y del hombre masculino, mas no de otras identidades o roles, de acuerdo a la psicóloga.
(Foto: Freepik)
Cabe recordar que este concepto únicamente aborda al matrimonio desde la exclusividad heterosexual. Se habla de la mujer femenina y del hombre masculino, mas no de otras identidades o roles, de acuerdo a la psicóloga. (Foto: Freepik)

Las dos caras de la dependencia

Si hay un mensaje que ha repercutido de forma clara dentro de este pensamiento es el de incentivar la independencia emocional. Por ejemplo, uno de los mensajes muy compartidos tiene que ver con tomar decisiones a tiempo y no perderse en una relación que no va hacia el lado de buscamos.

Sin embargo, curiosamente, la independencia se vuelve un obstáculo cuando se habla de dinero. Muchas de estas influencers, incluyendo a Chavez, abordan el asunto como una cuestión de proporción: si tienes X dinero, él debe tener X+1. Y si tienes 2x, él 2x+1″, y así cual ecuación matemática. Ante este razonamiento, la especialista afirma que depender económicamente de la pareja puede ser un peligro a largo plazo.

El teléfono malogrado de las redes sociales

Y aunque para muchas pinte mal a todas luces, la psicóloga afirma que la intención real de este concepto no es lo que vemos ahora por todos lados en Tik Tok. Sí, es posible rescatar mensajes positivos de todo esto. El más relevante tiene que ver con la autoestima y el autorespeto, pues la idea original afirma que “tienes que dejar de desvalorizarte a ti misma. Si tú te valoras, los demás también lo harán”.

También, está la sororidad femenina, pues la idea inicial no era generar división y crear bandos de mujeres, sino crear una red de apoyo para quien sienta que está en una relación que no va al camino que ella busca (la mal llamada mujer del proceso), se pueda convertir en esa mujer que se valora, decide por ella misma y sale de esa relación sin futuro (la mal llamada “mujer de alto valor”).

Mujer de valor, así a secas

Las palabras y términos que usamos también son importantes. Es más, son clave. De ahí que el concepto del que hablamos se refiera a casos que suceden en el día a día, relaciones que no funcionan y en las que se invirtió mucho tiempo, pero resulte violento por los términos que usa.

En especial cuando hablamos del valor, una cualidad intrínseca a todo ser humano. Independientemente de si estás de acuerdo o no con este pensamiento, hay una verdad absoluta que no debes olvidar: “El amor propio es un proceso gradual y progresivo, no existen mujeres de primera o segunda categoría, ni de mayor o menor valor. Todas somos valiosas”, en palabras de la psicóloga.

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